El 6 de enero emergió como debía ser, lleno de regalos y sorpresas. La primera, sorpresa o regalo, o ambas inclusive, como reza el axioma matemático, Tania Bruguera renunció a la UNEAC y devolvió su Premio Nacional del Cultura. No es menos cierto que esto se dio a conocer el 5 de enero, pero como bien sabemos todos los que somos adultos, o pretendemos serlo, los verdaderos Reyes, que no son magos, preparan sus regalos la víspera, para sorprender a los niños en esa mágica fecha.
Día de Reyes y Reinas. Bruguera le hizo su regalito a la UNEAC, y la Prima Maradonna intenta hacerle el suyo a su partenaire, el Coma Andante, con la grabación de su programa A la Zurda en La Habana. La realidad imitando aquí al arte, siguiendo el guión del clásico Esperando al Zurdo, de Clifford Odets, donde una patronal recurre a todo tipo de manejos para frustrar una huelga, incluyendo el asesinato. Lo que busca aquí la patronal castrista es matar el momento de la huelga de Tania generando otro a su favor con la presencia del programita. Esperando A la Zurda como forma de asesinar mediáticamente a Tania Bruguera. Estos ni son reyes, ni magos.
Todo parece indicar que el regalo de Tania sorprendió de manera desagradable a las autoridades culturosas del régimen, que respondieron no dando las gracias, sino citándola a una estación de policía para las consabidas "conversaciones" con altos oficiales de la DSE. Muy poco creativo, sinceramente, el mismo procedimiento de hace más de 20 años para manipular, intimidar o amenazar a quienes intentan pensar y actuar por su propia cuenta en Cuba. A propósito de esto, vale recordar el consabido argumento al reanudar las relaciones Cuba-Estados Unidos, en el sentido de que "no se puede seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes".
El régimen debería aprender también esta lección, al menos en el caso de Tania, quien tras haber sido arrestada y subsecuentemente excarcelada tres veces, sigue y sigue y sigue, como si contara con las inagotables baterías Energizer. Sus acciones, incluyendo la presentación de una demanda legal, la siguen colocando a la ofensiva, al más puro estilo de los seguidores de Sun Tzu en su famoso texto El arte de la guerra, cuando dijo: "No se puede ganar estando a la defensiva". Esta Tania no será guerrillera ni habrá leído al gran estratega chino, pero de que sabe lo que quiere, lo sabe.
Esta devolución de membresía y premio pudiera presentar una guía aceptable para otros miembros del gremio artístico y otros gremios en Cuba, que podrían hacer lo mismo en protesta y solidaridad con Tania. Algo con cierto paralelo sucedió en Noruega cuando los ciudadanos comenzaron a devolverle por correo sus libros a Knut Hansum, premio Nobel de Literatura, por su apoyo a los nazis. El hombre de pronto se encontró con decenas de libros llegando a su casa todos los días, y no sabía qué hacer con ellos.
Muchas cosas en esa misma tónica podrían ensayarse en Cuba, como por ejemplo una campaña de devolución por correos a la sede de la UNEAC de libros premiados por esa institución, no importa quién los haya escrito, o crear un DVD con los videos de la campaña del minuto de exigencia que impulsan Ana Olema y otros activistas en las redes sociales, y enviarlos a la UNEAC, y también distribuirlos entre la población. La idea es involucrar a la gente en acciones de bajo riesgo, imaginativas, y que generan solidaridad.
Como dijo la propia Tania al salir de una de sus detenciones: "Esto ha servido para que todo el mundo se quite la careta". La mala forma de hacerlo es criticando a quien quiere hacer algo, y la buena forma de hacerlo es simplemente, hacer. Todos fuimos niños alguna vez y nos encantó despertar con nuestros regalos al pie del arbolito. Algunos todavía siguen siéndolo, de una forma u otra.
Tal vez esta sea la hora de que lo que algunos llaman eufemísticamente sociedad civil cubana alcance su mayoría de edad, simplemente poniendo manos a la obra. Ya todos sabemos que no hay reyes ni magos, sino gente que trabaja para convertir sueños en realidades. El antídoto contra el miedo es, precisamente, la solidaridad, y de lo que no cabe dudas es que no se puede seguir esperando, ni a zurdos, ni a derechos.