Con la agricultura de Cuba estancada y la necesidad de la isla de importar más de la mitad de la canasta de alimentos, el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos podría potenciar los intercambios y las exportaciones autorizadas desde el país del norte, según especialistas del ramo que disertaron sobre el tema en Missouri y Florida respectivamente.
En el estado del medio oeste, el subsecretario de Agricultura para Granjas y Servicios Agrícolas Exteriores, Michael Scuse, respondió preguntas sobre el tema en la Escuela de Agricultura Darr de la Universidad Estatal de Missouri, filial de Springfield.
Scuse señaló que la isla presenta un montón de oportunidades para la exportación de productos agropecuarios estadounidenses, entre ellos aves de corral, frijol de soya, productos de soya y granos.
Llamó la atención sobre cómo las ventas autorizadas por el Congreso a Cuba cayeron en los últimos años de unos $600 millones anuales a poco más de $300 millones debido a las restricciones legales vigentes, mientras que las de la Unión Europea ascendieron a cerca de 1.000 millones. "Si aliviamos estas restricciones tendremos una clara ventaja gracias a la proximidad de Cuba, a sólo 90 millas de nuestras costas", opinó Scuse.
La Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Fortalecimiento de las Exportaciones (TSREEA) de 2000, que permitió la exportación de ciertos alimentos y medicinas de Estados Unidos a Cuba, estipuló que La Habana tendría que pagar al contado sus importaciones.
Hasta ahora, debía hacerlo antes de que los barcos zarparan de puertos estadounidenses. Las regulaciones sobre las nuevas medidas de Obama publicadas en enero por los Departamentos del Tesoro y Comercio precisan que el requisito de pagar "en efectivo y por adelantado", que se interpretaba como "antes del embarque", se redefiniría como "en efectivo y antes de la transferencia del título y control de los bienes exportados", a fin de permitir un financiamiento más amplio del comercio autorizado.
Dicho financiamiento, según la citada ley, tiene que correr por cuenta de instituciones financieras de terceros países.
Las medidas de Obama también abaratan los fletes para el Gobierno cubano, al crear una licencia general que modifica la anterior cuarentena de seis meses para tocar puertos de Estados Unidos a los buques extranjeros que atracarán en puertos cubanos.
Durante su presentación en Springfield, Scuse consideró útil la visita a La Habana que la senadora demócrata por Missouri Claire McCaskill realizó esta semana, en compañía de colegas de Virginia y Minnesota. Para él tales visitas son importantes a medida que la posibilidad de comerciar con Cuba se acerca a convertirse en realidad.
Significativo para la Florida
Mientras tanto, desde Gainesville, donde radica el campus principal de la Universidad de la Florida y tiene su sede el Instituto de Ciencias de la Alimentación y la Agricultura, uno de sus académicos, el economista especializado en agricultura William A. Messina, Jr., ofreció un seminario online sobre el mismo tema.
Messina ha visitado con frecuencia la isla desde los años 90, bajo un proyecto conjunto de investigaciones. Su visión es que "la reanudación del comercio entre Estados Unidos y Cuba, cuando quiera que se produzca, tendrá un impacto más significativo sobre la agricultura de la Florida que cualquier otro acontecimiento en la historia de nuestro estado".
Agricultores y distribuidores de equipos agrícolas del estado encontrarían nuevos mercados, y al intercambio contribuiría el hecho de que la Florida y Cuba comparten un clima tropical que les permite cultivar todo el año, así como similares cultivos y plagas.
El experto recordó algo que la mayoría de los cubanos de la isla desconocen: Estados Unidos ha sido el mayor exportador de productos alimenticios a Cuba durante 11 de los últimos 12 años.
Dicho comercio, de una sola vía, comenzó en 2001 después que el huracán Michelle azotara a Cuba y Estados Unidos ofreciera ayuda a la isla. El Gobierno cubano respondió con una solicitud para comprar alimentos, a fin de "reponer las existencias perdidas con la tormenta".
Desde entonces Cuba no ha dejado de comprar alimentos e implementos agrícolas a Estados Unidos, país que ha exportado a la isla más de $5.000 millones en productos como harina de trigo, frijol y productos de soya, pollo congelado y productos lácteos.
Messina aclaró sin embargo que la reanudación de relaciones diplomáticas con Cuba no es lo mismo que la reanudación de las relaciones comerciales. "Los recientes anuncios no tienen un impacto significativo sobre los términos y condiciones para vender productos alimenticios y agrícolas a Cuba, así que no espero cambios significativos en las exportaciones estadounidenses", dijo.
Advirtió, asimismo, que "Cuba es un lugar complicado", y señaló el tradicional rechazo del Gobierno cubano a la economía de libre mercado. Además, indicó la posibilidad de que el próximo presidente de Estados Unidos opte por otra política.