Cada semana, una estación de onda corta en Cuba transmite 97 mensajes codificados en tonos que parecen de fax, según publica este domingo El Nuevo Herald de Miami.
Según el Herald un programa de computadora fácilmente disponible al público cambia los tonos en números, y entonces los espías castristas decodifican los números en palabras.
Una segunda estación espía transmite 16 mensajes por semana en los puntos y rayas del código Morse, de 175 años de antigüedad, mensajes secretos para aquellos espías de La Habana de más edad o menos conocimientos tecnológicos.
Dieciséis años después de los arrestos en Miami de cinco espías cubanos que recibían sus órdenes secretas por transmisiones de onda corta, asegura el diario miamense, La Habana continúa usando un sistema que ha caído en desuso en el mundo del espionaje desde el fin de la Guerra Fría.
Chris Simmons, oficial retirado de inteligencia del Pentágono especializado en asuntos cubanos, dijo al diario que hay muchas maneras más modernas y eficientes de comunicar secretos usando satélites, transmisiones por ráfagas, correos electrónicos únicos, etc. “Pero estas transmisiones cubanas podrían ser para viejos espías, dinosaurios que llevan mucho tiempo escuchando (onda corta), agentes a largo plazo, que se sienten cómodos así y no quieren ni necesitan cambios”, añadió Simmons.
La estación cubana más ocupada en estos tiempos, y la única estación espía del mundo entero que usa los tonos de tipo fax, ha sido bautizada como HM01 por radioescuchas aficionados que tienen websites tales como Spooks List, Spynumbers, ShortwaveSchedule y Enigma2000.
La misma transmite de 11 a 14 mensajes por día, un total de 96 por semana, en el mismo horario cada semana pero usando una docena de frecuencias de onda corta, dijo Chris Smolinski, de 41 años, ingeniero informático de Maryland cuyo hobby es vigilar las estaciones espía.
Apunta el Herald que cada mensaje tiene casi siempre 150 grupos de cinco dígitos, de modo que los radioescuchas no pueden medir la verdadera longitud del texto, y algunas de las transmisiones de 10 minutos son falsas, diseñadas para encubrir el verdadero número de espías que las reciben.
Para los agentes secretos menos prácticos con las computadoras está la estación M08a, la cual transmite 16 mensajes en clave Morse, creado para el telégrafo en 1836, en un horario semanal fijo y en muchas de las mismas frecuencias que HM01.
Así, Walter Kendall Myers, de 76 años, funcionario retirado del Departamento de Estado, y su esposa Gwendolyn, ambos convictos en el 2009 de espiar para Cuba durante casi 30 años, recibían sus mensajes enviados desde La Habana en la clave Morse que Myers aprendió en las fuerzas armadas de EEUU.
Durante el apogeo de la Guerra Fría en los años setenta, hubo numerosas estaciones espía de onda corta conocidas como “estaciones numéricas” porque generalmente usaban bloques de números para transmitir mensajes cifrados, aunque algunas usaban música o tonos, dijo Smolinski.
Estados Unidos mantenía varias de las estaciones, y también la Unión Soviética, Alemania Oriental, Gran Bretaña, Israel, Francia y China.
Pero, acorde con el Herald, muchas salieron del aire con el fin de la Guerra Fría y la llegada de nueva tecnología, y en la actualidad Cuba, Rusia, Vietnam y Corea del Norte son casi los únicos que usan las estaciones de onda corta cifrada, dijo Smolinski.
Los cinco espías convictos en Miami entraban los números en un programa secreto de descifre en las computadoras de sus casas para leer los textos. El FBI se coló subrepticiamente en sus casas, copió el programa y estaba leyendo sus mensajes mucho antes de sus arrestos.
Ana Belén Montes, experta en Cuba de la Agencia de Inteligencia de la Defensa, recibía sus órdenes de la emisora Atención en las transmisiones nocturnas de martes y jueves. Ella se declaró culpable de haber espiado para Cuba en el 2002 y está cumpliendo una condena de 25 años de cárcel.
La falta de todo acento o expresión en la voz de la emisora Atención fue explicada en diciembre por Jorge García Vázquez, cubano de Berlín que ha estado investigando los vínculos entre La Habana y STASI, el antiguo servicio de inteligencia de Alemania Oriental.
Smolinski afirma que él se ríe cuando habla de la emisora Atención porque era tristemente famosa como una de las estaciones espía más desorganizadas del mundo. Sus transmisiones a menudo salían tarde, su señal cambiaba erráticamente de frecuencia y un zumbido hacía ininteligibles los mensajes, concluye El Nuevo Herald su reportaje sobre el espionaje castrista.
Según el Herald un programa de computadora fácilmente disponible al público cambia los tonos en números, y entonces los espías castristas decodifican los números en palabras.
Una segunda estación espía transmite 16 mensajes por semana en los puntos y rayas del código Morse, de 175 años de antigüedad, mensajes secretos para aquellos espías de La Habana de más edad o menos conocimientos tecnológicos.
Dieciséis años después de los arrestos en Miami de cinco espías cubanos que recibían sus órdenes secretas por transmisiones de onda corta, asegura el diario miamense, La Habana continúa usando un sistema que ha caído en desuso en el mundo del espionaje desde el fin de la Guerra Fría.
Chris Simmons, oficial retirado de inteligencia del Pentágono especializado en asuntos cubanos, dijo al diario que hay muchas maneras más modernas y eficientes de comunicar secretos usando satélites, transmisiones por ráfagas, correos electrónicos únicos, etc. “Pero estas transmisiones cubanas podrían ser para viejos espías, dinosaurios que llevan mucho tiempo escuchando (onda corta), agentes a largo plazo, que se sienten cómodos así y no quieren ni necesitan cambios”, añadió Simmons.
La estación cubana más ocupada en estos tiempos, y la única estación espía del mundo entero que usa los tonos de tipo fax, ha sido bautizada como HM01 por radioescuchas aficionados que tienen websites tales como Spooks List, Spynumbers, ShortwaveSchedule y Enigma2000.
La misma transmite de 11 a 14 mensajes por día, un total de 96 por semana, en el mismo horario cada semana pero usando una docena de frecuencias de onda corta, dijo Chris Smolinski, de 41 años, ingeniero informático de Maryland cuyo hobby es vigilar las estaciones espía.
Apunta el Herald que cada mensaje tiene casi siempre 150 grupos de cinco dígitos, de modo que los radioescuchas no pueden medir la verdadera longitud del texto, y algunas de las transmisiones de 10 minutos son falsas, diseñadas para encubrir el verdadero número de espías que las reciben.
Para los agentes secretos menos prácticos con las computadoras está la estación M08a, la cual transmite 16 mensajes en clave Morse, creado para el telégrafo en 1836, en un horario semanal fijo y en muchas de las mismas frecuencias que HM01.
Así, Walter Kendall Myers, de 76 años, funcionario retirado del Departamento de Estado, y su esposa Gwendolyn, ambos convictos en el 2009 de espiar para Cuba durante casi 30 años, recibían sus mensajes enviados desde La Habana en la clave Morse que Myers aprendió en las fuerzas armadas de EEUU.
Durante el apogeo de la Guerra Fría en los años setenta, hubo numerosas estaciones espía de onda corta conocidas como “estaciones numéricas” porque generalmente usaban bloques de números para transmitir mensajes cifrados, aunque algunas usaban música o tonos, dijo Smolinski.
Estados Unidos mantenía varias de las estaciones, y también la Unión Soviética, Alemania Oriental, Gran Bretaña, Israel, Francia y China.
Pero, acorde con el Herald, muchas salieron del aire con el fin de la Guerra Fría y la llegada de nueva tecnología, y en la actualidad Cuba, Rusia, Vietnam y Corea del Norte son casi los únicos que usan las estaciones de onda corta cifrada, dijo Smolinski.
Los cinco espías convictos en Miami entraban los números en un programa secreto de descifre en las computadoras de sus casas para leer los textos. El FBI se coló subrepticiamente en sus casas, copió el programa y estaba leyendo sus mensajes mucho antes de sus arrestos.
Ana Belén Montes, experta en Cuba de la Agencia de Inteligencia de la Defensa, recibía sus órdenes de la emisora Atención en las transmisiones nocturnas de martes y jueves. Ella se declaró culpable de haber espiado para Cuba en el 2002 y está cumpliendo una condena de 25 años de cárcel.
La falta de todo acento o expresión en la voz de la emisora Atención fue explicada en diciembre por Jorge García Vázquez, cubano de Berlín que ha estado investigando los vínculos entre La Habana y STASI, el antiguo servicio de inteligencia de Alemania Oriental.
Smolinski afirma que él se ríe cuando habla de la emisora Atención porque era tristemente famosa como una de las estaciones espía más desorganizadas del mundo. Sus transmisiones a menudo salían tarde, su señal cambiaba erráticamente de frecuencia y un zumbido hacía ininteligibles los mensajes, concluye El Nuevo Herald su reportaje sobre el espionaje castrista.