Havanatur, la Agencia de Turismo de Cuba, informó de la restauración y transformación en un hotel del inmueble de la Aduana de Cuba, una de las obras arquitectónicas más fastuosas de La Habana.
El nuevo complejo de alojamiento, que llevará el pomposo nombre de Real Aduana, será también administrado por el consorcio castrense cubano.
“Suena siempre irrespetuoso, aunque el régimen diga que con el dinero que se recauda se costean el desastre de salud pública, de educación y los demás desastres”, indicó a nuestra redacción el periodista independiente camagüeyano Henry Constantín.
“En un país donde nadie sabe a dónde va el dinero que se gana en la industria turística. No hay manera de que un organismo, interno o externo, que sea creíble, verifique las cuentas bancarias de esas empresas, de los dueños de esas empresas, los administradores de esas empresas que construyen hoteles y luego cobran el dinero de turismo”, apuntó.
Más de un tercio de las moradas cubanas se encuentran en regular o mal estado técnico, según datos oficiales.
“Siguen gastando recursos en eso cuando tiene tanta gente viviendo en condiciones bastante feas. Cuando uno camina por el campo o por barrios obreros, la cantidad de covachas de madera que hay es tremenda. En ellas viven personas trabajadoras, cuentapropistas y campesinos que producen”, señaló Constantín.
“Es lamentable además que haya empresas extranjeras que participen en ese juego con un Estado que, ese cemento y ladrillo lo usan para producir sus Euros, en vez de para producir felicidad a sus ciudadanos”, recalcó.
A pesar del desplome del turismo, las empresas militares continúan edificando hoteles a lo largo de toda la Isla, mientras el Estado cubano concluyó en el primer semestre de 2021 apenas el 21% de las viviendas planificadas.
“Es el más grave problema social que enfrenta la población junto al de la alimentación. La falta o la precariedad inmobiliaria en Cuba es histórica y el gobierno nunca ha encontrado una solución”, dijo a Radio Televisión Martí, desde La Habana, Esteban Hernández, especialista en desarrollo social.
“La población está muy disgustada porque, lo poco que hay, se le asigna al sector hotelero, descuidándose la situación social y la gran mayoría no tiene acceso al sistema hotelero y está viviendo en condiciones paupérrimas. Hay problemas pendientes de varios años, de los ciclones, del tornado, derrumbes, etc. Y la gente dice si tienen los hoteles vacíos ¿para que más hoteles?”, lamentó el perito.
Las autoridades han tratado de buscar paliativos como el otorgamiento de subsidios y créditos, pero en este renglón solo se terminaron en los primeros 6 meses del presente año 1.304 células básicas habitacionales de las 12.201 proyectadas. En similar situación están la construcción y rehabilitación de residencias por esfuerzo propio.
“El dinero no da para pagar a los cuentapropistas albañiles y constructores. Además, faltan los materiales, el cemento, las losas para el piso, los pertrechos para las instalaciones eléctricas y la terminación. Desgraciadamente, las pocas capacidades que hay son destinados a sectores priorizados como el del Turismo”, puntualizó.
“Nosotros hemos tratado de reparar nuestra casa y no es posible adquirir los productos por los precios exorbitantes, porque tienes que comprarlos en bolsa negra porque no vienen por donde tienen que venir”, lamentó Hernández.
El déficit habitacional en Cuba alcanzó el pasado año las 929.695 viviendas. Hasta el 31 de mayo de 2021 llegaron a Cuba 88.239 turistas extranjeros, 895.893 menos que en igual etapa del año anterior.