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Rusia, ¿sospechoso habitual en ataques a diplomáticos de EEUU en La Habana?


La embajada de EEUU en La Habana reflejada en un charco de agua.
La embajada de EEUU en La Habana reflejada en un charco de agua.

Para Rusia, capaz de desarrollar armas nuevas y sofisticadas, acabar con el acuerdo entre Washington y La Habana podría constituir un golpe maestro de la geopolítica, pero no hay ninguna evidencia de que pueda estar involucrada en los extraños ataques en La Habana, dice el portal de periodismo investigativo ProPublica.

El gobierno de Rusia sería un “sospechoso obvio” de haber perpetrado los ataques contra 24 diplomáticos estadounidenses y sus familiares en La Habana, señala esta semana el medio independiente ProPublica en un amplio reporte sobre el caso.

Analistas de inteligencia han considerado que el gobierno ruso tendría motivos y los medios tecnológicos para realizar ataques de este tipo, indicó ProPublica en el reporte titulado "El sonido y la furia: Dentro del misterio de la Embajada de La Habana".

“El gobierno de Putin ha hostigado rutinariamente a diplomáticos estadounidenses en Moscú y a veces en el extranjero; durante la Administración Obama, parecía decidido a socavar la política extranjera americana alrededor del mundo”, añadió el medio, especializado en periodismo de investigación.

ProPublica recuerda que “Rusia también tiene la capacidad para desarrollar armas nuevas y sofisticadas y una alianza de seguridad de larga data con Cuba”, aunque advierte que “los investigadores no han encontrado ni siquiera evidencias circunstanciales de una mano rusa en los incidentes”, según dijeron oficiales relacionados con el caso.

Sin embargo, para Rusia podría constituir un “golpe maestro de la geopolítica” acabar con el acuerdo entre Washington y La Habana, y utilizar el escenario cubano para sus operaciones contra adversarios occidentales, dijeron oficiales de EEUU citados por el portal.

“Rusia también tiene una larga historia de hostigamiento a diplomáticos de Estados Unidos, un patrón que se ha intensificado en Moscú desde 2014”, dijo al medio independiente Andrew Foxall, director del Centro de Estudios Rusos en la Sociedad Henry Jackson de Londres.

Por otro lado, analistas dudan que Putin expusiera de esa forma su relación con el gobierno cubano, con el que en los últimos años se ha esforzado por fortalecer una relación dañada tras la caída del campo socialista.

“Como con Venezuela y Nicaragua, Rusia ha pagado un precio generoso por la amistad renovada con Cuba, ayudando a compensar la pérdida de importaciones de petróleo venezolano con 1,9 millones de barriles de combustible,cuyo valor se estima en $105 millones a precios de descuento”, subraya Propublica.

El acercamiento no ha sido solo comercial, sino también en materia de seguridad. El reporte señala que justo cuando empezaron los ataques contra el personal estadounidense en la isla, en diciembre de 2016, el Kremlin y La Habana firmaron “un nuevo acuerdo de cooperación sobre defensa y tecnología”, además de mencionar la posibilidad de reabrir la base de espionaje de Lourdes.

Los rusos podrían tener la capacidad de desarrollar un arma de energía no identificada aún por los investigadores de EEUU, subraya ProPublica, pero todo lo que apunta a su posible participación en los ataques de La Habana son meras especulaciones.

Hasta ahora, los analistas no han encontrado ninguna evidencia de que Rusia pudiera estar involucrada, y se preguntan, aun si tuviera a mano un arma de energía dirigida, como la supuestamente usada en el ataque a los diplomáticos estadounidenses, cómo podrían habérselas arreglado para burlar un sofisticado aparato de seguridad, en un Estado policial como el cubano, sin el consentimiento de las autoridades locales.

“Las agencias de inteligencia tampoco han documentado pruebas de un arma parecida contra algún otro objetivo, o señales de que Rusia pueda haber movido agentes a Cuba para llevar a cabo tal operativo”, concluyó Propublica.

Para el abogado cubano Alberto Méndez Castelló, especializado en criminalística, la tesis de que Rusia podría estar detrás de los ataques a los diplomáticos estadounidenses tiene sentido, pero señala que en Cuba nada semejante puede hacerse sin la anuencia de las autoridades.

En declaraciones a Martí Noticias, Méndez Castelló llamó la atención sobre el hecho de que algunos de los ataques ocurrieron en las residencias de los funcionarios, y se refirió a que ProPublica menciona que entre los afectados hay seis agentes de la CIA.

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"Aquí hay un dato concreto. Que no es en la embajada, estaban actuando en casas de los diplomáticos. Pero todos sabemos que en Cuba nadie puede operar las líneas telefónicas, las líneas eléctricas, ni las aguas albañales sin conocimiento de las autoridades, y más en este caso de diplomáticos", explicó el abogado.

Méndez Castelló agregó que no se trataba de "extranjeros de cualquier país, sino concretamente estadounidenses, sobre los cuales el gobierno cubano mantiene una observación muy específica, no solo humana, sino con todo tipo de medios técnicos, y me parece difícil que algo, en una de estas viviendas, estuviera ocurriendo sin que hubiera un ojo avizor de las autoridades".

(Con información de ProPublica y reporte de Radio Martí)

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