La escasez de agua en Cuba volvió el lunes a los medios oficiales, que no tienen pronósticos alentadores para la crítica situación que agobia a muchos.
En Las Tunas, por ejemplo, el 58,6 por ciento de la población depende del abasto de agua a través de pipas, dijo Granma.
“La situación no es ficticia o imaginaria", sentenció el diario.
"Quince de las 17 fuentes de abasto están muy deprimidas y dos totalmente secas. Los embalses solo retienen el 15 % de su capacidad y, en lo que va de año, las precipitaciones no llegan a la tercera parte del registro histórico”, agregó.
Pero Las Tunas no es un caso aislado.
También la ciudad de Camagüey está sin agua desde el fin de semana debido a una “gran rotura” en la principal conductora, dijo a Martí Noticias el opositor Yordan Marrero.
“La situación afecta a un poco más de trecientos mil habitantes, es decir, queda sin el vital servicio toda la ciudad de Camagüey”, dijo Marrero.
Sequía + Corrupción
Funcionarios y medios gubernamentales aluden a la sequía, al deterioro de las redes y al despilfarro entre las principales causas de la crisis en el abasto de agua a la población. LLaman a apretarse los cinturones en el consumo.
El Centro del Clima, del Instituto de Meteorología, informó que el 25 por ciento tuvo déficit en acumulados de lluvias entre mayo del 2015 y abril del 2016.
Las Tunas y Guantánamo son las zonas más críticas, según este reporte.
Mientras que 23 municipios están padeciendo, entre ellos Viñales, La Palma, San Juan y Martínez y Minas de Matahambre (Pinar del Río), Colón y Limonar (Matanzas) y Guisa (Granma).
El listado oficial incluyó a Tercer Frente (Santiago de Cuba), Buey Arriba (Granma), y a Cárdenas, Jagüey Grande, Jovellanos, Pedro Betancourt, Perico y Unión de Reyes (Matanzas), que rebasaron el 75 de sus respectivas zonas.
Una pregunta clave queda por resolver.
¿A dónde van a parar las millonarias donaciones provenientes de países como Arabia Saudita para ayudar a paliar la crisis?
La segunda entrega de Panama Papers, que Martí Noticias reportó, apunta hacia la no transparencia y la eventual corrupción en un país cuyos funcionarios no están obligados a rendir cuentas.