El estelar jardinero de los Dodgers de Los Ángeles, Yasiel Puig, publicó este martes varias fotos de su reciente regreso a Palmira, en Cienfuegos, donde nació, y desde donde salió a jugar en el equipo Cuba para finalmente ubicarse como una de las superestrellas que animan la Gran Carpa en los Estados Unidos.
“Hagas lo que hagas en la vida, no importa cuán lejos llegues a este mundo, ¡nunca olvides tus raíces! Bendecido por visitar mi humilde hogar y volver a conectarme con las personas que estaban allí desde el inicio”, escribió Puig en su cuenta oficial de Twitter.
A Puig también se le conoce como el “Caballo loco”, y se ha destacado principalmente por un juego agresivo, el poderoso brazo con el que ha puesto fuera de circulación a los corredores de base y la peculiar manera de lanzar el bate luego de un kilométrico jonrón.
El patrullero de los Dodgers acompañó sus comentarios en la red con fotos en las que se ve junto a familiares y amigos en el barrio en que nació y creció. En una instantánea se le observa juguetón en un campo de caña de azúcar, en otra junto un criadero de cerdos y otra con una calle del pueblo a sus espaldas.
El pasado 2017 fue un año provechoso para El Caballo Loco, el pelotero cubano en noviembre como el mejor jardinero derecho defensivo de la pasada campaña con el Wilson Defensive Player en Grandes Ligas.
En junio de 2012 Puig rompió el récord de fichaje de un pelotero cuando LAD lo firmaron por siete temporadas y 42 millones de dólares, y superaba así a su compatriota Yoeni Céspedes, que había gozado del contrato de 36 mdd con los Atléticos de Oakland.
Para Puig vendría entonces la gloria de revivir al equipo, convertirse en la figura que volvió a traer a los decepcionados fanáticos al estadio y terminar el 2013 en la lucha or el título de Novato del Año, que finalmente obtuvo el fallecido pitcher cubano José Fernández.
Pero tres años más tarde vendría su acomodo, y la falta de experiencia le iba a deparar tragos amargos.
Un viraje radical
En agosto de 2016 Puig sufrió el peor bache de su vida: la organización lo envió al Oklahoma City Dodgers, un equipo de liga menor, debido a su pobre producción ofensiva. La medida venía precedida de las intenciones del team angelino por transferirlo a otro equipo, sin que obtuvieran respuesta de ninguna otra firma beisbolera.
Al regresar, Puig se enfocó en mejorar su disciplina deportiva, y su imagen pública. Con su dinero creó la Wild Horse Foundation, una organización caritativa sin fines de lucro que busca ayudar a los niños económicamente desfavorecidos.
Después de un año de sustos y complicaciones Puig terminó su temporada 2017 .499 de average, 72 carreras anotadas, 74 extrabases, 28 jonrones y 131 hits. Estuvo también codo a codo luchando por el Guante de Oro, que finalmente le arrebató Jason Heyward, de los Cachorros de Chicago.
Lejos de su comportamiento explosivo en el banco de los Dodgers y la sonada detención policial por conducir a excesos de velocidad a finales de diciembre de 2013, en el estado de Florida, Puig se ha ganado a la fanaticada y a los niños sacando la lengua en señal de estar disfrutando el juego, o lamiendo el bate para producir un cañonazo de largo alcance, y ha publicado mensajes en los que parece haber cambiado radicalmente.
El pasado lunes, cuando en Estados Unidos se celebró el Día de Martin Luther King Jr., Puig se pronunció así en la red social: “Cuando vienes a este país aprendes sobre grandes estadounidenses como el Dr. King. Hoy pensando en su sacrificio”.
El pasado 19 de diciembre, Puig publicó fotos de la entrega de juguetes que su fundación hizo para niños pobres: “El camión de #SantaPuig por la @wildhourseFD y sus elfos apareció hoy en el este de Los Ángeles y repartió juguetes nuevos a las familias y niños necesitados de la comunidad. Esperamos hacer que sus corazones sonrían. Les deseo a todos una muy feliz temporada navideña y una Feliz Navidad #PuigYuorFriend”.
