Cubanos que han sufrido el contagio del COVID-19 denunciaron a Radio Televisión Martí que el país no cuenta con los medicamentos ni el servicio de salud necesarios para enfrentar las secuelas de la enfermedad.
Vladimir Turró, residente en Arroyo Naranjo, en la capital, dijo que ha tenido que enfrentar la recuperación sin medicamentos.
“Hasta el día de hoy, yo nunca tuve un seguimiento [médico] y quedé con algunas secuelas, mientras que los hospitales están carentes de todo: no existen las placas, no hay especialistas, porque la mayoría están cumpliendo misión”, detalló Turró.
Vladimir Martín Castellanos, junto a su esposa y tres menores, se vieron muy afectados por el COVID-19 en la ciudad de Santiago de Cuba, y hoy continúan con problemas de salud.
“Realmente, seguimiento ninguno, y las secuelas son muchas, mayormente en el sistema respiratorio de todos nosotros, y no hay medicamentos para su tratamiento”, aseguró el activista.
William Tamayo pasó el virus hace varios meses y aún no recupera el paladar, además de problemas respiratorios persistentes, y también afectaciones en la piel. Según dijo a Radio Martí, no hay nada en las farmacias para combatir estas secuelas.
“Lo pasamos en nuestra casa y lo combatimos con yerbas medicinales, porque medicamentos en Cuba no hay, y todavía están muriendo personas por el pos-COVID-19”, aseguró.
Desde Baire, Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba, Fernando Ginarte Mora advirtió sobre su situación.
“Yo me quedé y lo pasé en mi casa, porque sabía que si acudía al hospital sería peor, entonces los medicamentos los tuve que comprar: 600 pesos un pomito de rocephin, hasta la azitromicina que me costó 3 mil pesos las tres pastillas. Ni una placa en los pulmones me pude hacer siquiera”, enfatizó.
Desde Guantánamo, Anderlay Guerra Blanco dijo que tuvo que acudir a la medicina verde y los remedios caseros para lidiar con los efectos que le causó la variante Delta del COVID-19.
“No tuve atención médica y ningún personal de la salud en la ciudad le ha dado seguimiento a mi estado de salud después de haber sufrido la enfermedad”, afirmó el comunicador.
Desde San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa, Daniel Alfaro Frías señaló que aún permanece con las serias secuelas que le dejó el COVID-19.
“Sigo con mucha falta de aire, la tos cada rato me ataca y también estoy padeciendo de los riñones, y no hemos tenido seguimiento alguno, ni preocupación por parte de las autoridades de la salud, para saber cómo siguen los pacientes en el pueblo que fueron afectados por la pandemia”, explicó Alfaro.
Desde Guaro, en Mayarí, Teresa Miranda Céspedes, aun con serias afectaciones de salud, destacó que hay un faltante general de recursos y medicamentos para asistir a los pacientes pos COVID-19.
“Yo llevo más de cuatro meses y continúo con problemas. Algo tengo en los pulmones que necesita verlo un especialista, que haga un estudio profundo. ¿Y cómo nosotros vamos a aspirar a eso?, si una placa, cuando la resuelves, es por medio de un padrino que trabaje en un hospital”, concluyó Miranda Céspedes.