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Descontento, represión y el legado del 11J: ¿se aproxima un nuevo estallido social en Cuba?


Juan Enrique Pérez Sánchez sostiene un cartel que reza: "Era tanta el hambre que nos comimos el miedo", en la manifestación del 11 de julio de 2021, en Nueva Paz, Mayabeque.
Juan Enrique Pérez Sánchez sostiene un cartel que reza: "Era tanta el hambre que nos comimos el miedo", en la manifestación del 11 de julio de 2021, en Nueva Paz, Mayabeque.

En medio de una creciente crisis económica y política, Cuba enfrenta tensiones sociales sin precedentes. A medida que la pobreza y la represión gubernamental aumentan, se intensifica el descontento, generando expectativas de un estallido popular como el del 11 de julio de 2021.

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En Cuba, las condiciones políticas y socioeconómicas han continuado deteriorándose a pasos agigantados desde 2021, cuando los cortes eléctricos y las carencias llevaron a las protestas sociales más grandes que han estallado en la isla en más de 60 años.

Aunque se han implementado algunas reformas económicas, estas no han abordado los problemas estructurales del modelo económico. Al contrario, junto a otros factores, han incrementado la pobreza y la desigualdad y exacerbado la insatisfacción social respondida por la represión política.

“Las condiciones hoy están más dadas que nunca para otro estallido social, lo que pasa es que del 2021 hasta el momento el aparato de poder ha utilizado todas las formas desmesuradas de violencia, que no son solo la prisión política, que son mecanismos de chantaje, de detención, de advertencias, de amenazas”, indicó en conversación con Martí Noticias la historiadora y socióloga matancera Alina Bárbara López Hernández.

La intelectual llamó la atención sobre el acuerdo 9151 del Consejo de Ministros, “aprobado menos de un mes después del estallido social del 11 de julio”, que faculta a las autoridades para castigar y considerar cualquier crítica al gobierno “como un discurso de odio”.

Esta situación se ve agravada por un sistema político de partido único y un modelo económico centralizado que no ha logrado generar bienestar para la población, por lo que enfrenta crecientes desafíos y demandas de cambio.

El miedo también se gasta

“De lo que se trata es, y el reciente décimo pleno lo confirma, que no tienen una salida dentro de los marcos en que habitualmente se han movido. Ya no hay pan, ya no hay circo, simplemente, es apostar a la violencia bruta, al miedo de la gente. Pero el miedo también se gasta, porque cuando tú naturalizas la violencia contra el disenso, llega el momento que estás naturalizando el disenso también”, apuntó López Hernández.

Las demandas de cambio y la necesidad de reformas en Cuba son cada vez más evidentes, tanto a nivel interno como desde la comunidad internacional. Muchos ven el verano como un momento crucial para que la indignación de la población se vuelque en las calles.

“Yo no puedo decir una fecha fija. Cuando analizas los dos grandes momentos de los procesos independentistas en Cuba, uno fue a inicios de año y otro al final, el primero, el 10 de octubre, y el segundo, que fue el definitivo, el 24 de febrero”, señaló la académica.

“Pero ninguno de ellos empezó por La Habana. Las provincias están bajo condiciones muy inferiores en desarrollo y prerrogativas que La Habana, pero a diferencia del 11 de julio, ya en La Habana se están sintiendo también los grandes apagones, la escasez. La debacle se ha extendido de Oriente a Occidente”.

A pesar de que la situación económica y política varía entre el resto del país y la capital, a menudo con mejores condiciones debido a que es el centro económico y político, toda la isla sufre una grave crisis económica.

“Todas las condiciones dadas para un nuevo estallido social y la actitud del Gobierno de no permitir ningún tipo de apertura, de un proceso de diálogo de transición que huela siquiera a interés en democratizar, está echándole leña a ese fuego constantemente”, insistió López Hernández.

Moraleja del 11J: "La protesta es posible"

Si bien las demostraciones del verano de 2021 fueron reprimidas en forma violenta por el Estado, a través de detenciones arbitrarias y juicios sin garantías del debido proceso, la población aprendió una lección nunca antes constatada en las seis décadas de férreo control castrista: "la protesta es posible", señaló Angélica Garrido, una de las manifestantes en Quivicán, Mayabeque, recientemente liberada luego de cumplir tres años de privación de libertad.

“El 11 de julio lo recordamos todos los cubanos como el día de la rebelión nacional, un día que ha marcado, en nuestra historia, un antes y un después”, enfatizó la activista, que trajo a colación las palabras de su hermana María Cristina Garrido, quien aún está presa.

María Cristina analizó en uno de sus textos la valentía y la decisión demostrada por el pueblo cubano al participar en el estallido social, así como la ruptura con el silencio mantenido durante tantos años.

“Demostramos unanimidad y pluralismo, luchamos y levantamos nuestra voz para que Cuba sea próspera, democrática, para que llegue a ser una república”, detalla la presa política.

Del mismo modo, exhorta a la población a no decaer en su empeño de lograr la caída del sistema que la ahoga: “No nos sintamos derrotados por el hecho de que el régimen siga, pues nuestra lucha continúa, porque muchos ojos fueron abiertos para no cerrarse jamás”.

A pesar de la severidad con la que fueron castigados los asistentes a las protestas de 2021, durante los años siguientes no han dejado de ocurrir nuevas manifestaciones en la isla. Las protestas, con un carácter más local, exigen igualmente, entre otras demandas, alimentos, la restitución de la corriente eléctrica, libertad y un cambio de sistema político.

“Precisamente, ese despertar del pueblo de Cuba es lo que ha hecho que se siga levantando, una y otra vez, para alcanzar ese sueño tan anhelado. Ese sueño que se llama libertad”, puntualizó Angélica Garrido.

Justicia 11J destacó en un informe que las manifestaciones públicas de descontento han continuado año tras año después del 2021. En lo que va de 2025, cientos de ciudadanos han salido a las calles a protestar en Bayamo y Santa Rita, en la provincia Granma; en la ciudad de Santiago de Cuba, en Villa Clara y varios municipios de La Habana.

En 2024, la organización registró 268 protestas en espacios públicos; en el 2023, 87 eventos de este tipo, y en 2022 se documentaron 202 manifestaciones.

Que un nuevo 11J "sea glorioso"

Martha Perdomo, la madre de Nadir y Jorge Martín Perdomo, sentenciados, respectivamente, a 6 y 8 años de privación de libertad por manifestarse el 11 de julio en San José de Las Lajas, considera que un estallido grande se aboca debido a las depauperadas condiciones de la economía.

“Prácticamente, se está viviendo sin corriente, sin comida, no hay con qué cocinar. La gente está rebelde. No sé qué pueda pasar. La cosa está muy tensa, ves el descontento en toda la población. Queremos que ese 11 de julio sea algo glorioso, otra vez más”, subrayó.

“Si yo pudiera echar el tiempo atrás hasta ese día, no habría pasado por estos cuatro años de martirio, pero quizás un día como hoy, lo más probable es que yo también estuviera desesperada”, agregó.

Respecto a sus hijos, cree que son un ejemplo a seguir, y que al igual que el resto de los manifestantes dieron un paso por la libertad de la Patria.

“Me siento orgullosa porque ellos allá dentro, han sabido permanecer ahí con su frente bien en alto. Están sufriendo, pero nunca se han doblegado”, concluyó.

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    Yolanda Huerga

    Yolanda Huerga nació en Bayamo, Granma, Cuba. Se graduó en Filología y Lingüística en la Universidad de Oriente en 1989. Durante casi 20 años trabajó en el sistema de bibliotecas públicas de la isla. En 2003, fundó junto a otras mujeres el movimiento Damas de Blanco, organización que recibió en 2005 el Premio a la Libertad de Conciencia Andrei Sakharov del Parlamento Europeo. En 2005 viajó a Estados Unidos junto su hijo y su esposo, el poeta y periodista Manuel Vázquez Portal, condenado a 18 años durante la Primavera Negra de Cuba. Desde 2008 trabaja en Miami, en la Oficina de Transmisiones a Cuba, como periodista de Radio Martí. Recibió en 2021 el Premio Burke a la Excelencia Periodística que otorga la Agencia de Estados Unidos para Medios Globales.

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