Mientras el Gobierno cubano llega a la segunda ronda de conversaciones con Estados Unidos vinculando el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas a la salida de la isla de la lista anual de Estados Patrocinadores del Terrorismo (SSP) del Departamento de Estado, Washington sostiene que esa revisión es un proceso separado y que La Habana debería darse por satisfecha con saber que ya está en marcha.
En una entrevista para los medios oficiales desde la capital estadounidense, adonde llegó el miércoles, la jefa de la delegación cubana, Josefina Vidal, dijo que espera recibir este viernes "respuestas a varios asuntos sin solucionar", entre ellos la necesidad de revisar la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional.
Vidal consideró ese punto, y la solución de los problemas bancarios de la misión de Cuba en Washington, como esenciales para crear el "contexto adecuado" a fin de abrir embajadas en ambas capitales.
En contraste, un alto funcionario del Departamento de Estado que habló con reporteros el miércoles en Washington a condición de no ser identificado puntualizó que la delegación de Estados Unidos no está vinculando ambas cuestiones y que la revisión de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo es un proceso independiente y en marcha.
El diplomático dijo que los cubanos deberían sentirse cómodos sabiendo que el asunto está bajo revisión. "Sería muy fácil restablecer las relaciones diplomáticas si no vincularan esas dos cosas", agregó.
La fuente expresó, sin embargo, la esperanza de que las conversaciones de hoy rindan nuevos frutos.
"Es aquí donde nos arremangamos la camisa como diplomáticos y nos sentamos a la mesa, y nos aseguramos de ultimar todos los detalles para poner a funcionar las embajadas, tal como las tenemos funcionando en todo el mundo".
Pero el funcionario del Departamento de Estado matizó que la cantidad de cosas que se puedan lograr y el plazo para implementarlas dependerá en parte de lo que los diplomáticos cubanos pongan sobre la mesa de negociaciones.
Tanto el oficial estadounidense como Vidal en su entrevista puntualizaron que las charlas de hoy en la sede de la Cancillería estadounidense abordarán únicamente el tema de la reapertura de embajadas.
En una audiencia el jueves en el Subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes, expertos y congresistas recomendaron al Ejecutivo cautela en la revisión de la presencia de Cuba en la lista SSP.
Los ponentes recordaron el historial de actividades antiamericanas de La Habana, su apoyo al terrorismo de Estado en Venezuela, el refugio que ofrece a fugitivos norteamericanos, y sus incesantes actividades de espionaje en Estados Unidos, que resultan en la venta o transferencia de secretos estadounidenses a países conflictivos como Irán, Siria y Rusia.
Proceso complejo
El diario The New York Times recuerda hoy que aún si después de terminado el proceso de revisión Obama recomienda que Cuba sea borrada de la lista, deberá presentar un informe al Congreso en el que certifique que Cuba no ha apoyado el terrorismo internacional en los últimos seis meses.
Agrega que los miembros del Congreso podrían presentar una resolución conjunta para bloquear la propuesta, considerando que algunos legisladores han dejado clara su oposición a la distensión con Cuba.
En enero, la agencia Reuters, informó citando a funcionarios del Departamento de Estado, que el Presidente ha presionado tanto a esa dependencia para acelerar la revisión como al Gobierno cubano, para poder llegar a la Cumbre de las Américas que se celebrará en abril en Panamá –y a a la que Cuba asistiría por primera vez– con las embajadas ya funcionando.
Sin embargo, el Times señala que aun si el Congreso y el Senado no se opusieran a la salida de Cuba de la lista SSP, el informe al Congreso contempla un período de estudio de 45 días, por lo que, si bien la conclusión de la Administración podría darse a conocer antes de la Cumbre, la retirada efectiva de Cuba no entraría en vigor hasta después de la reunión.