El gobierno de Estados Unidos se pronunció este lunes sobre los disidentes cubanos que no pudieron asistir a algunos de los eventos papales a los que habían sido invitados, porque fueron detenidos o prohibidos de salir de sus casas por fuerzas de seguridad.
“Estados Unidos ha dicho por largo tiempo que el gobierno cubano, esté o no el Papa en la isla, debería hacer un mejor trabajo protegiendo los derechos humanos básicos de sus ciudadanos, incluidos aquellos que pueden tener críticas en su contra”, dijo el secretario de prensa Josh Earnest.
“Eso es parte del respeto a los derechos humanos básicos de los seres humanos, y creemos que el gobierno de Cuba tiene la responsabilidad de hacer un mejor trabajo para proteger esos derechos humanos”, señaló, en respuesta a una pregunta de periodistas este lunes en la Casa Blanca.
La líder del grupo opositor cubano Damas de Blanco, Bertha Soler, denunció el fin de semana que 22 de las 24 integrantes de la organización que quisieron asistir a misa del papa Francisco en La Habana, fueron impedidas de hacerlo por fuerzas de seguridad cubanas.
Otras dos conocidas disidentes dijeron que agentes las detuvieron pese a que El Vaticano las invitó a un rezo vespertino en la catedral de La Habana, el domingo.
Martha Beatriz Roque y Miriam Leiva dijeron que recibieron invitaciones de la Oficina del Embajador papal en La Habana, pero fueron arrestadas cuando trataron de salir hacia la catedral.
El vocero del Vaticano, monseñor Federico Lombardi, dijo que algunos disidentes fueron invitados a eventos para recibir un saludo del Papa, pero que no sabía por qué el saludo no tuvo lugar.