El importante coleccionista de arte Peter Menéndez dijo a The New York Times que hay un arte increíble hecho por los cubanos, y que éste no se hace precisamente en la isla sino en los Estados Unidos.
"Finalmente pude ver La Habana tomando distancia. Hoy existe un arte increíble hecho por los cubanos. Solo que lo están haciendo en Miami y no en La Habana", declaró Menéndez, cuya observación contrasta con la posición de instituciones como el Pérez Art Museum de Miami (PAMM), del magnate Jorge Pérez o la Fundación Cintas que han apostado en los últimos tiempos a promocionar a artistas residentes en la isla, que cuentan ya con todo el respaldo del gobierno cubano.
El coleccionista, que atesora obras de Carlos Alfonzo, Rafael Domenech y José Bedia entre otros artistas exiliados, comentó al diario de New York las impresiones de su más reciente viaje a la isla.
"Los jóvenes artistas cubanos han descubierto que pueden tener un nivel de vida decente, mejor que el de los médicos y abogados, con las obras que venden a los turistas. Su creación lo abarca todo, pero les falta esa cubanía única", criticó el arquitecto de profesión, quien asegura que es un arte que no tendrá trascendencia en el tiempo.
“Me golpeó mucho cuando estuve allí que no tuviera emociones. No hay rastros visibles de los recuerdos que han permanecido en mi cabeza durante años. Todo demolido. Caminas por las aceras rotas y con todos estos hombres de 20, 30 y 40 años que no hacen nada en ningún día de la semana, simplemente pasando el rato. ¿Es esto lo que trajo el socialismo? Es muy desalentador”, comentó.
La familia de Menéndez huyó de su Habana natal debido al régimen comunista y se reasentó en el sur de la Florida en 1963 cuando Miami seguía siendo un pueblo del sur con poco atractivo para un joven cubano con afinidad por el arte y el deseo de vivir como un hombre abiertamente gay.
El coleccionista construyó una carrera como arquitecto en Nueva York mientras se relacionaba íntimamente con el arte. No le gustaba Miami pero su percepción cambió cuando regresó a la ciudad en 1982. "Las olas de inmigración en los años setenta habían comenzado a cambiar sutilmente el tejido social; La llegada de casi 125.000 cubanos a través del Mariel en 1980 sobrealimentó esa transformación. El mundo de las artes de Miami se convirtió en el despertar de muchos de los recién llegados -incluyendo el novelista Reinaldo Arenas y el pintor Carlos Alfonzo- que trajeron un espíritu de vanguardia enérgico y una visión expansiva desde la isla".
A su regreso a Miami se convirtió en un actor fundamental en el mundo de las artes, hasta ser miembro fundador del Museo de Arte de la ciudad. Desde entonces ha protegido a generaciones de exiliados cubanos, conectando talentos emergentes con curadores y ayudándolos a navegar por el difícil mercado de arte, reseña el NYT.
Menéndez participa en reconocidos proyectos culturales como el Miami Light Project, Art Center South Florida y ArtBasel Miami Beach.
Ahora “tengo 73 años y este pasado cuatro de Julio hice algo que nunca he hecho antes: puse una bandera americana delante de mi casa”.
[Redactado por Armando de Armas basado en una entrevista en The New York Times]