El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, presentó este jueves el Informe sobre Libertad Religiosa Internacional para el 2021.
En la sección sobre Cuba, el informe señala que el Partido Comunista, a través de su Oficina de Asuntos Religiosos y el Ministerio de Justicia, siguió controlando la mayoría de los aspectos de la vida religiosa.
El informe dice que, según los medios de comunicación, el 11 de julio, las fuerzas de seguridad cometieron actos de violencia, detuvieron y hostigaron a líderes religiosos de múltiples comunidades religiosas que participaban en manifestaciones pacíficas en todo el país.
Cita a informes de Human Rights Watch de que las fuerzas de seguridad golpearon al sacerdote católico romano José Castor Álvarez Devesa cuando ofreció ayuda a una persona herida en una protesta en Camagüey el 11 de julio y a informes de Christian Solidarity Worldwide de que el pastor Lorenzo Rosales Fajardo enfrentaba una sentencia de hasta 10 años por participar en una marcha el mismo día.
“Rosales Fajardo fue declarado culpable de los cargos en diciembre y esperaba la sentencia a finales de año. Sissi Abascal Zamora, miembro del grupo opositor Damas de Blanco, recibió una sentencia de seis años por participar en las protestas de julio”, expone el documento.
El reporte explica que las autoridades continuaron sometiendo a miembros de la Asociación de Yorubas Libres de Cuba a detenciones arbitrarias, amenazas, violencia física y hostigamiento verbal.
Cita además cifras de la ONG española Observatorio Cubano de Derechos Humanos que registró al menos 30 actos contra líderes y laicos de múltiples comunidades religiosas cuando el gobierno intentó reprimir el apoyo público a las protestas pacíficas convocadas para el 15 de noviembre.
“Según informes de ONG y medios de comunicación, esas acciones incluyeron la orquestación de actos de repudio frente a casas de sacerdotes católicos, vigilancia policial, cortes de internet y hostigamiento de una monja cuando salía de su residencia en La Habana para encontrarse con una amiga”, dice el reporte.
El informe recuerda que en agosto, funcionarios del servicio de seguridad arrestaron al pastor de la Iglesia Apostólica Alain Toledano Valiente por “propagar la pandemia de COVID” cuando realizaba lo que dijo era un servicio socialmente distanciado.
Los grupos religiosos informaron que la Oficina de Asuntos Religiosos y el Ministerio de Justicia continuaron negando el registro oficial a ciertos grupos, incluidas varias iglesias apostólicas, o no respondieron a las solicitudes pendientes durante mucho tiempo, como las de los Testigos de Jehová y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
El informe afirma que algunos grupos y organizaciones religiosas, como la organización benéfica católica Cáritas, continuaron reuniendo y distribuyendo artículos de socorro, brindando asistencia humanitaria a las personas independientemente de sus creencias religiosas.
“La Comunidad de Sant'Egidio, afiliada a la Iglesia Católica, continuó realizando reuniones de oración y grupos pequeños a pesar de las restricciones de COVID-19”, dice.
El Departamento de Estado expresa que “en declaraciones públicas y en las redes sociales, los funcionarios del gobierno de Estados Unidos, incluido el Secretario de Estado, continuaron instando al gobierno a respetar las libertades fundamentales de sus ciudadanos, incluida la libertad de religion”.
“Los funcionarios de la embajada se reunieron regularmente con una variedad de grupos religiosos sobre el estado de la libertad religiosa y las actividades políticas relacionadas con las creencias de los grupos religiosos”, señala.
El 15 de noviembre de 2021, de conformidad con la Ley de Libertad Religiosa Internacional de 1998, enmendada, el Secretario de Estado colocó nuevamente a Cuba en la Lista Especial de Vigilancia por haber cometido o tolerado graves violaciones de la libertad religiosa.
En una conferencia de prensa para presenter el informe sobre libertad religiosa, el secretario Blinken dijo que “se sabe que cuando se respeta el derecho fundamental de cada persona a practicar su fe o no, las personas pueden hacer contribuciones más completas a los éxitos de su comunidad” y que cuándo los gobiernos niegan este derecho, “se enciende la tension y se crea división”.