El profesor preso político Pedro Albert Sánchez se declaró este lunes “en desobediencia” en la prisión 1580, ubicada en San Miguel del Padrón, La Habana, según dijo en una llamada telefónica cuyo audio fue enviado a Martí Noticias por Ana Elvis Amaya Leyva, su esposa.
“Bueno, mira, se acabó mi ciclo de obediencia aquí en la prisión. Ya estoy vestido de civil ya, y se acabó todo este lío”, expresó el opositor, declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional.
Cuando su esposa indagó por lo que había sucedido, Albert Sánchez respondió: “Que yo soy secuestrado de la Seguridad del Estado aquí, yo no soy preso, yo no tengo por qué estar dentro de ese uniforme. No tengo por qué estarle rindiendo cuenta a nadie ni nada de eso. No me pelo, no me afeito, no recuento, no uniforme, no inspección y, si se pone mal mi salud en la celda (…) huelga de hambre, para acabarme de morir. Es como dirigir el pelotón de fusilamiento. Recuerden que no recojan el cadáver, por favor. Te amo”.
Albert Sánchez, de 67 años, es paciente de cáncer de próstata. Su familia espera respuesta a una petición de licencia extrapenal por su condición de salud, que fue entregada el 6 de mayo pasado.
El activista fue arrestado en noviembre de 2023, cuando intentaba entregar una carta dirigida a Eamon Gilmore, Alto Representante para los Derechos Humanos de la Unión Europea, quien se encontraba en ese momento de visita en La Habana.
El profesor y activista de derechos humanos fue devuelto a prisión en diciembre del pasado año, luego de que el Tribunal de Ejecución de La Habana revocara su sanción de “libertad limitada”, que le permitía cumplir fuera de un centro penitenciario su condena de cinco años de privación de libertad por los cargos de “desórdenes públicos” y “desacato” debido a su participación en La Habana en las protestas antigubernamentales que tuvieron lugar en Cuba en julio de 2021.
En conversación con Martí Noticias este martes, Ana Elvis Amaya manifestó preocupación por la decisión que ha tomado su esposo de no obedecer las normas penitenciarias.
“Estoy preocupada porque no sé qué le hicieron los represores que lo tienen allí secuestrado. No sé lo que le han hecho, no tengo ni la menor idea, porque Pedro estaba muy bien el día de la visita”, dijo la esposa del preso político.
El mes pasado, Amnistía Internacional remitió una carta al gobernante cubano Miguel Díaz-Canel instándolo a que poner en libertad al activista de forma inmediata e incondicional.
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