La Embajada de Cuba en Washington D.C. dio a conocer este martes que ofrece servicio a más de dos millones de ciudadanos cubanos que residen en los Estados Unidos.
En una entrevista divulgada en sus redes sociales, el segundo jefe de la misión diplomática cubana, Alejandro García del Toro, reveló esta cifra y elogió los esfuerzos del consulado en la capital estadounidense, a pesar de las constantes quejas de la ciudadanía por el retraso y la burocracia en los servicios consulares de esta sede.
"Nuestro consulado acá en Washington atiende a una comunidad de más de dos millones de ciudadanos cubanos, que viven en todos los Estados Unidos, principalmente, en el estado de la Florida y el servicio consular ha sido muy importante para varios frentes, en el frente de los pasaportes, de las legalizaciones y eso es un trabajo al cual la Embajada le dedica mucho esfuerzo", declaró el diplomático.
Varios activistas y artistas cubanos han señalado el absoluto comprometimiento político de este consulado con el régimen comunista de La Habana, al negarse a recibir peticiones a favor de los derechos humanos y los presos políticos y al abandonar a aquellos ciudadanos cubanos a quienes se les ha violado el derecho de retornar a la isla.
La Habana requiere que los ciudadanos cubanos con doble nacionalidad entren y salgan de Cuba con un pasaporte cubano, una condición que rechazan numerosos exiliados alegando que prefieren no tener vínculo alguno con el régimen comunista.
Desde este verano, los pasaportes cubanos comenzaron a tener una validez de 10 años, en lugar de 6, para los mayores de 16 años, como parte de la más reciente reforma anunciada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX), que también fijó el precio de los pasaportes en 180 dólares o euros para mayores de 16 años y 140 dólares o euros para los menores.
El anuncio hecho en mayo por Ernesto Soberón Guzmán, director general de Asuntos Consulares y Atención a los Cubanos Residentes en el Exterior, del MINREX, estableció que a los cubanos emigrados antes del 1 de enero de 1971 se les exija el uso del pasaporte cubano al ingresar a Cuba. Anteriormente, podían visitar la isla con un pasaporte extranjero.
A raíz de este cambio, uno de los líderes del exilio cubano en Miami, Orlando Gutiérrez Boronat, manifestó en un video que “con esta medida, el régimen quiere dividir el exilio cubano, sacarle recursos al exilio con el único objetivo de mantenerse en el poder y seguir explotando el resto de pueblo cubano”.
El economista cubano Omar Everleny Pérez dijo en esa ocasión a Radio Martí que esta medida “demuestra un giro político hacia esas decisiones de atraer esa parte de la comunidad cubana en el exterior", al rebajar casi un 50% el costo de los pasaportes.
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