"Cuba, nos debes 7 billones de dólares", así tituló el periódico The Boston Globe un artículo escrito por Leon Neyfakh. Según el reportero, detrás del embargo comercial que Estados Unidos le impuso al Gobierno de Cuba en 1960 y que expandió en 1962, hay un enorme obstáculo, casi olvidado, que impide levantarlo: los reclamos vigentes que hacen las empresas estadounidenses afectadas por la decisión cubana de embargar sus propiedades.
El diario menciona que aunque el régimen represivo de los hermanos Castro estaría llegando a su fin, y la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana parecerían más cercanas, la enorme deuda que tiene la isla con las compañías estadounidenses, entre ellas, Chevron Corp., que posee actualmente el reclamo que hizo Texaco, a su debido tiempo, dificultan cualquier operación en ese sentido, pues la gasolinera ha expresado su intención de cobrar la deuda aún si se produce un cambio político en Cuba.
El trabajo periodístico añade que ésta no es la única complicación, ya que las miles de familias cubanas que huyeron hacia Estados Unidos tras la llegada de la revolución castrista y a quienes el régimen también les confiscó sus propiedades tendrían derecho a exigir compensación. "Estos exiliados cubanos y sus descendientes forman la columna vertebral del lobby anticastrista más intransigente en los Estados Unidos", señala The Boston Globe, y agrega que si Cuba cambia ellos van a exigir que les devuelvan sus propiedades, lo que posiblemente resultará en un extenso litigio.
El periódico menciona la idea de un grupo de expertos sobre el caso cubano que recomienda “dar vuelta a la página” sobre lo que sucedió en la isla para resolver el conflicto, que lleva ya 55 años.
The Boston Globe pregunta, ¿qué va a pasar con los reclamantes estadounidenses y los cubanos que se establecieron en Estados Unidos cuando los Castro llegaron al poder? ¿Cuánta deuda vale perdonar para ayudar a un país a regresar a sus raíces? ¿Cuánto dinero deberían estar dispuestos a renunciar los ciudadanos privados para que triunfe una solución diplomática entre Cuba y EE.UU.?
"Pero los planes provisionales y propuestas que se han hecho en el ínterin-ya sean acuerdos de desarrollo preferenciales o de un impuesto sobre los flujos de efectivo entre los dos países reflejan algo más: la visión de una nueva Cuba, en la que los intereses económicos estadounidenses y cubanos están, una vez más, estrechamente ligados", concluye el rotativo.
El diario menciona que aunque el régimen represivo de los hermanos Castro estaría llegando a su fin, y la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana parecerían más cercanas, la enorme deuda que tiene la isla con las compañías estadounidenses, entre ellas, Chevron Corp., que posee actualmente el reclamo que hizo Texaco, a su debido tiempo, dificultan cualquier operación en ese sentido, pues la gasolinera ha expresado su intención de cobrar la deuda aún si se produce un cambio político en Cuba.
El trabajo periodístico añade que ésta no es la única complicación, ya que las miles de familias cubanas que huyeron hacia Estados Unidos tras la llegada de la revolución castrista y a quienes el régimen también les confiscó sus propiedades tendrían derecho a exigir compensación. "Estos exiliados cubanos y sus descendientes forman la columna vertebral del lobby anticastrista más intransigente en los Estados Unidos", señala The Boston Globe, y agrega que si Cuba cambia ellos van a exigir que les devuelvan sus propiedades, lo que posiblemente resultará en un extenso litigio.
El periódico menciona la idea de un grupo de expertos sobre el caso cubano que recomienda “dar vuelta a la página” sobre lo que sucedió en la isla para resolver el conflicto, que lleva ya 55 años.
The Boston Globe pregunta, ¿qué va a pasar con los reclamantes estadounidenses y los cubanos que se establecieron en Estados Unidos cuando los Castro llegaron al poder? ¿Cuánta deuda vale perdonar para ayudar a un país a regresar a sus raíces? ¿Cuánto dinero deberían estar dispuestos a renunciar los ciudadanos privados para que triunfe una solución diplomática entre Cuba y EE.UU.?
"Pero los planes provisionales y propuestas que se han hecho en el ínterin-ya sean acuerdos de desarrollo preferenciales o de un impuesto sobre los flujos de efectivo entre los dos países reflejan algo más: la visión de una nueva Cuba, en la que los intereses económicos estadounidenses y cubanos están, una vez más, estrechamente ligados", concluye el rotativo.