La Red Femenina de Cuba (RFC) denunció el martes que en el mes de mayo ocurrieron dos feminicidios y 28 agresiones contra mujeres y sus familias.
En lo que va de año se acumulan 19 asesinatos de mujeres en la isla.
A través de cuenta en Facebook, la organización confirmó dos crímenes ocurridos en Holguín y Camagüey.
El primero tuvo lugar el 6 de mayo cuando Nuriam Sánchez, enfermera del hospital René Ramos Latour, del municipio Antilla, provincia de Holguín, fue asesinada a machetazos por su exesposo, quien se quitó lo vida poco después.
En el segundo, con fecha de 14 de mayo, murió acuchillada en Sibanicú, Camagüey, una estudiante de cuarto año de Enfermería, de 21 años, a manos de un hombre de 51.
Durante la primera quincena de mayo se conoció también del asesinato en plena vía pública de Yelena Rivero Rivero en Santiago de Cuba. La maestra de sexto grado fue atacada el 30 de abril por su expareja con un machete a la salida de la escuela.
CASOS DE VIOLENCIA INSTITUCIONAL
El informe de mayo incluye 28 agresiones, consideradas como casos de violencia institucional, pues se trata de mujeres que han sido detenidas, golpeadas y hostigadas por fuerzas que representan al Estado cubano.
Carolina Barrero, Yania Suárez, Yeilis Torres, Ileana Hernández, Mary Karla Ares, Thais Mailén Franco, Lázara Ayllón y Bertha Soler son algunas de las activistas, periodistas y miembros de la sociedad civil que fueron víctimas de agresiones del gobierno de La Habana.
Recientemente, la Red Femenina de Cuba y la Alianza Cubana por la Inclusión denunciaron en un comunicado que la “escalada de violencia contra la mujer en Cuba se está convirtiendo, tanto en el ámbito público como en el privado, en un proceso continuo y ascendente de etapas en las que la intensidad y frecuencia de las agresiones se va incrementando”.
En el documento, las organizaciones alertan que la tasa de feminicidios ha ascendido un 100% respecto al año pasado, “y en estos primeros meses del año las agresiones contra las mujeres ascienden a más de 200”.
“En Cuba cada vez es más frecuente que se visibilice al Estado como a un agente que acomete formas de violencia, no solo porque sus cuadros realicen actos de violencia física, psíquica y sexual contras activistas de derechos humanos, sino también por la responsabilidad que el Estado tiene en la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres”, señalaron.