Al cumplirse 24 años del hundimiento del remolcador 13 de marzo, donde murieron 41 personas, entre ellas 10 menores de edad, producto del violento ataque de embarcaciones del régimen de La Habana y el uso de cañones de agua contra quienes se encontraban en cubierta, un centenar de cubanos se reunieron este viernes 13 de julio en la Ermita de la Caridad, en Miami, para recordar el suceso y homenajear a las víctimas.
La vigilia, realizada ante el malecón de la Ermita, fue organizada por la organización opositora Movimiento Democracia, liderada por el conocido activista de derechos humanos Ramón Saúl Sánchez, quien viene realizando estas ofrendas, cada 13 de julio, desde hace varios años.
"Se cumplen también 24 años de impunidad, de quienes mataron a niños y jóvenes que solo buscaban caminos de libertad", dijo Jorge García, quien perdió 14 familiares la madrugada del 13 de julio de 1994, catalogado por muchos como "uno de los crímenes más horrendos del castrismo".
"Un crimen con una crueldad que ni el fusilamiento de los estudiantes de Medicina se puede comparar con el nivel de crueldad del crimen del remolcador 13 de marzo", manifestó García, quien relató a los presentes que no fueron mangueras de agua, como en ocasiones se ha dicho, lo que se empleó para sacar a las personas fuera de la embarcación a 7 millas de las costas de La Habana, sino "cañones de agua".
"Y el agua no se acababa nunca porque era agua extraída del mar, lanzada a 14 atmósferas, lo que significa 280 libras por pulgada cuadrada, una fuerza capaz de derribar un muro", explicó García, quien denunció que los atacantes no pararon de lanzar los fuertes chorros de agua "contra los pechos de los niños" a pesar de que sus padres y madres los alzaban en brazos "pidiendo clemencia".
"El corazón lo tenemos estrujado", expresó García, pero "no siento odio, pero sí quiero que esto llegue hasta Ginebra, hasta los tribunales internacionales de justicia de Naciones Unidas. Estamos luchando para eso, para que los culpables y los que tuvieron que ver con este suceso, sean condenados, y para nos sean devueltos los cadáveres, porque nunca nos entregaron nada. Nosotros no sabemos donde están ellos".
García, autor del libro El hundimiento del remolcador 13 de marzo, presentó a sobrevivientes del hundimiento y familiares de víctimas presentes en el acto: "Aquí a mi lado está Esther, esposa Fidencio Ramel Prieto Hernández, líder de la expedición, a quien mataron con un chorro de agua que lo sacó fuera de borda".
En la ceremonia se encontraba el niño Adelaxis Otero, hijo del ex preso político Alexander Otero, activista de la Unión Nacional Patriótica de Cuba (UNPACU).
"Esto significa amor, amor por todos los niños, yo los amo, hasta me está dando ganas de llorar", respondió emocionado ante la pregunta de qué significaba al llevar en sus manos las fotos de los niños asesinados. Los presentes aplaudieron las palabras y lágrimas del pequeño.
Estuvieron presentes Mayda Taporonte, quien perdió a su hermana, sus tres sobrinos y a otros familiares. Gustavo Martínez, padre de la niña mas pequeña que iba en el remolcador, Helen Martínez, asesinada con sólo 6 meses de edad. Además integrantes del movimiento de oposición interna, como José Díaz Silva, representante del Movimiento Democracia dentro de Cuba, y ex presos políticos del exilio histórico.
Los jóvenes cantautores cubanos exiliados, Osniel Rodríguez y Yampier Mencio, cantaron su canción 13 de marzo, cuyos versos dicen: "No creyeron en los niños, no creyeron en las madres que gritaban (...) No creyeron en los sueños, no creyeron en la sangre derramada (...) Mucha gente no lo sabe, otros bajan la mirada. Hoy mi canción los condena, la justicia los reclama".
Al homenaje asistieron exiliados venezolanos y nicaragüenses, quienes condenaron el crimen de lesa humanidad e insistieron que lo que ocurre en sus países "es culpa del mismo sistema, son dictaduras castrochavistas, castrocomunistas, regímenes asesinos", dijo José Lombillo.
"Delincuentes que se venden como salvadores del pueblo, de los pobres, y no son más que malechores que no dudan en matar a quien proteste por los atropellos que cometen y su gigantesca corrupción. Eso están haciendo los detestables Daniel Ortega y Rosario Murillo con nuestros jóvenes en Nicaragua. Más de 360 personas han sido asesinadas por su dictadura y más de 150 están desaparecidas", denunció el líder opositor nicaragüense.
Luego de la ceremonia del Movimiento Democracia, en la que se alzaron flores y cruces con las fotografías de los asesinados en el remolcador 13 de marzo, se ofició una misa en nombre de las víctimas, a la que asistieron otras decenas de personas.