La narradora y poetisa cubana Laideliz Herrera Laza renunció a su membresía de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) “porque es cómplice de la política gubernamental y del secuestro de voces comprometidas con la verdad y la decencia”.
“Presenté mi renuncia a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba por dignidad y por principios, y es como una especie de alivio a un conflicto interno que estaba teniendo. Es que están sucediendo aquí, en la Isla, muchas situaciones con los intelectuales, con los artistas y la UNEAC sigue callada. De hecho, algunas veces arremeten públicamente contra los que disienten, de una forma u otra, de las políticas de gobierno”, dijo desde La Habana a Martí Noticias.
En una carta entregada a la institución estatal el viernes, la escritora se refiere a la falta de apoyo de la entidad que, debiendo proteger a sus afiliados, dirige “cartas colectivas que intentan asesinar la reputación de los que nos sentimos con el derecho a expresarnos".
En ese sentido, alude a que su esposo, el autor y humorista Jorge Fernández Era, solicitó en el pasado asesoramiento legal a la institución luego de que la Seguridad del Estado iniciara un proceso legal contra él, y la respuesta le ha sido negada mediante evasivas”.
Fernández Era renunció en septiembre de 2024 a su afiliación a la UNEAC catalogándola de "fuerza paramilitar al servicio de los dictadores".
La intelectual cubana destaca en su misiva de dimisión que la UNEAC, con su posición, encubre la “impune actuación de la Seguridad del Estado, que comete actos violentos de lesa humanidad, como la golpiza propinada a Jorge, el pasado 18 de julio, en la Unidad de la PNR de Zanja".
"Mi esposo es solo el ejemplo más cercano de lo que está sucediendo con los intelectuales del país. Podría citar más, pero es el que me involucra directamente, por no dejarnos someter a la coacción y defender nuestros derechos, violados con total impunidad por la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria, con la anuencia del Gobierno, el Partido Comunista de Cuba y de instituciones como la Fiscalía General de la República que, se supone, velan por la legalidad y el orden", señala la escritora en su retirada de la institución.
“Yo también vivo ese acoso psicológico, cuando llega la patrulla todos los días 18 porque, simplemente, él va a ejercer su derecho a manifestarse pacíficamente, algo que está avalado en la Constitución de la República y no lo respetan”, sostiene Herrera Laza en alusión a la manifestación pacífica que el 18 de cada mes realiza un grupo de intelectuales y activistas en parques y plazas del país, incluido su esposo.
El 18 de julio pasado, Fernández Era fue agredido físicamente por un oficial de la policía política en una estación de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) en La Habana, donde permanecía detenido.
“Han amenazado a los familiares, a mi mamá, a mi cuñado, al hijo de él y a mí misma”, afirmó Herrera Laza.
Del mismo modo, puntualizó que, "al no defender el pensamiento libre y creador de sus artistas, la UNEAC contradice sus estatutos", que según proclaman se apega “a los principios de la democracia socialista” y defiende el derecho a la información, el ejercicio del criterio y la libertad de creación, así como la investigación, la crítica, el debate y la polémica.
De acuerdo con el mensaje de Herrera Laza, la organización "está comprometida con una política de Estado que censura constantemente lo que no le conviene, que impone silencio, que escucha solo a los que por mantener sus posiciones y beneficios les dicen lo que quieren oír, que persigue a los intelectuales que denuncian a través de sus obras, las redes sociales y los medios independientes, ya que no hay posibilidad de hacerlo de otro modo, la crisis moral, social y económica que padecemos”.
La escritora destacó que el hostigamiento de las fuerzas represivas del régimen va dirigido a todo el que disiente y “cada vez tienen más impunidad” y, lo peor, todas las personas y las instituciones hacen silencio.
“La mayoría de la gente calla. Callan por miedo, callan por mantener sus puestos, callan por sus beneficios, por muchísimas razones y yo no puedo estar en una institución que se supone que sea para representarme y no lo haga. Al contrario, cuando puedan destruirme lo va a hacer”, concluyó.
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