Las personas en Cuba parecen estar más preparadas para aceptar el matrimonio igualitario que las autoridades, revela el siguiente reportaje entregado a Martí Noticias por la productora de audiovisuales Makintalla.
En el mismo se pregunta a varios entrevistados su opinión sobre la legalización del matrimonio igualitario y el reconocimiento de familias homoparentales (donde una pareja de hombres o de mujeres se convierten en progenitores de uno o más niños por medio de la adopción, de la maternidad subrogada o de la inseminación artificial en el caso de las mujeres).
Norge Espinosa, un reconocido poeta, dramaturgo y activista LGBT cubano reconoce que "ha habido algún diálogo siempre muy tímido" sobre el matrimonio gay lo mismo que sobre el tema de la adopción.
Se trata de "dos polos muy conflictivos a los cuales se ha enfrentado una oposición que viene básicamente de dos organizaciones que históricamente han estado en contra de esa de dinámica: la Iglesia y el poder político", opina el activista.
“Si preguntas en la calle, la gente tiene una posición más flexible con respecto a la idea y a una posibilidad de tener en Cuba un matrimonio y en efecto, a nivel de calle la gente, las personas son más receptivas con respecto a la posibilidad para reconocer voluntades y anhelos de una zona grande de la sociedad cubana", asegura el autor de Vestido de Novia.
"El divorcio entre el discurso oficial político y lo que se vive todos los días es abismal", opina otro de los entrevistados.
Espinosa insiste en la necesidad de mantener los reclamos para la comunidad LGBTI en Cuba: "El derecho que no se nos debe quitar es el de la lucha por tener esos espacios, por tener esa capacidad de diálogo con quienes dirigen el país para ir movilizando una agenda que durante muchos años ha estado no solamente desligada de este tipo de cuestiones sino que ni siquiera se las ha preguntado".