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Evo Morales busca cuarto mandato arropado por débil izquierda latinoamericana


Evo Morales acepta la candidatura de su partido para las presidenciales del 2019.
Evo Morales acepta la candidatura de su partido para las presidenciales del 2019.

El gobernante boliviano aceptó la candidatura a las elecciones de 2019 luego que el congreso nacional de su partido culminara el sábado proponiendo cuatro mecanismos jurídicos para posibilitar su reelección.

Evo Morales celebra este domingo el aniversario de su primera elección como presidente de Bolivia, con un gran regalo: sus partidarios lo postularán a un cuarto mandato y, aunque faltan tres años para los comicios, ya evalúan caminos para legalizar su candidatura.

Morales acude a la cita aupado por un congreso nacional de su partido Movimiento Al Socialismo (MAS), que culminó el sábado proponiendo cuatro mecanismos jurídicos para posibilitar su reelección en 2019, pese a estar legalmente inhabilitado luego de que esta opción fuera rechazada en un referéndum en febrero pasado.

En el acto por el "Día de la Revolución Democrática y Cultural" de Bolivia, que alude al primer triunfo del mandatario, Morales tendrá, sin embargo, una primera contrariedad: la ausencia de sus principales aliados en la región, los presidentes (de Venezuela) Nicolás Maduro y (de Ecuador) Rafael Correa.

La presencia de ambos había sido confirmada por el propio mandatario, pero en medio de la crisis que afecta a Venezuela, Maduro estará representado por su vicepresidente Aristóbulo Istúriz Almeida. Por otra parte, el gobierno boliviano no ha explicado oficialmente la ausencia de Correa.

La fiesta del gobernante boliviano arrancará con una masiva concentración popular en la localidad de Ivigarzama (Cochabamba, centro) territorio de productores de coca y bastión político del presidente Evo Morales, líder de los labriegos cocaleros desde 1988.

Indígena, colono cocalero y dirigente sindical, Morales ganó su primera elección en 2005 con el 54% de los votos, revalidó el cargo en 2009 con 64% y en 2014 con el 61% de los sufragios. Siempre, frente a una oposición desmembrada que no consigue hacerle frente.

Su única gran derrota fue la de febrero que -según Morales respondió a acusaciones opositoras de un supuesto hijo suyo con la representante de una empresa china que tiene millonarios contratos con el Estado. Se comprobó la inexistencia del menor, mientras su expareja está detenida y es investigada por legitimación de ganancias ilícitas.

El primero de los mecanismos propuesto por el MAS para reelegir a Morales es una reforma parcial de la Constitución a través de una iniciativa ciudadana para recolectar firmas de 20% del padrón electoral. El segundo, una reforma constitucional para permitir la reelección consecutiva por más de un período.
El tercero es que el presidente renuncie antes de las elecciones de 2019, adelantando el término de su actual mandato, y el cuarto supone la habilitación de un nuevo gobierno mediante la interpretación de la Constitución.

Morales quería festejar este día con Maduro y Correa, los últimos exponentes de la corriente denominada "socialismo del siglo XXI", que en el último año perdió importantes aliados de izquierda como Argentina, con la derrota electoral del partido de Cristina Kirchner, y Brasil, con la destitución de Dilma Rousseff. A esto se suma la reciente desaparición del líder de la revolución cubana, Fidel Castro.

En Bolivia "estamos rodeados de gobiernos de derecha. Nuestra preocupación es ¿qué pasa si nos iría mal en Venezuela o en Ecuador?", dijo recientemente Morales tras prometer que "aunque solos vamos (a dar) batalla, como Fidel (Castro) batalló (en Cuba) con su pueblo unido".

Para la senadora opositora Jeanine Añez, de la bancada de Unidad Demócrata (derecha), el oficialismo "no quiere respetar la decisión de la gente" que expresó su voluntad en el referéndum.

"¿Qué clase de democracia quiere implantar Morales?", se preguntó la opositora.

Del trío de mandatarios izquierdistas, Morales es quien sale mejor parado con la estabilidad política que le dan diez años en el poder, la reducción de la pobreza y un crecimiento promedio superior a 4,5%.

Morales basó su éxito en reformas como la estatización de los recursos naturales, en una coyuntura de bonanza de precios, que le permitió disponer de una generosa renta canalizada hacia millonarios proyectos de infraestructura y empleada también para ganar adeptos, a través de subsidios.

El presidente boliviano cerró el año con una popularidad de 49%, según sondeo de la encuestadora Ipsos. De vencer en los comicios de 2019, Morales permanecería en el poder hasta 2025.

En contraste, Maduro encara una profunda crisis política y económica por el fracaso del diálogo con la oposición, una severa contracción del PIB, elevada inflación y escasez de alimentos y medicinas.

De su lado, Correa enfrenta también una difícil coyuntura económica en Ecuador por la caída de los precios del petróleo, su principal producto de exportación, la apreciación del dólar, y las secuelas del devastador terremoto de abril que dejó perdidas por más de 3.000 millones de dólares.

Sin embargo, Correa, en el poder desde 2007, decidió no presentar su candidatura a las elecciones de febrero de 2017.

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