Rafael Ramírez, quien fuera uno de los hombres fuertes del sector petrolero en Venezuela y recientemente forzado a dejar su cargo como embajador ante la ONU, dijo el miércoles que un eventual intento del Gobierno de acusarlo en una investigación por corrupción sería "una de las peores maniobras políticas".
Las fricciones entre Ramírez y el presidente Nicolás Maduro reflejan las crecientes fisuras en el partido gobernante, que permaneció firmemente cohesionado bajo el mando del fallecido líder Hugo Chávez. Los choques se dan en medio de una profunda recesión económica en el país y sanciones impuestas por Estados Unidos a lo que considera una "dictadura".
Ramírez, quien habló con Reuters desde una ubicación no revelada tras ser desplazado la semana pasada de su puesto de embajador de Venezuela ante Naciones Unidas, dijo que espera el momento adecuado para volver a su país.
El ingeniero de 54 años agregó que todavía no decidió si lanzará una candidatura para la elección presidencial de 2018,en la que Maduro buscaría mantenerse en el poder por otro mandato.
Hasta ahora, la investigación se ha enfocado en la petrolera estatal PDVSA, liderada por Ramírez por más de una década. Autoridades han acusado a más de 100 personas, entre ellas dos expresidentes de la compañía que también fueron ministros de Petróleo durante el mandato de Maduro.
"Si van contra mí sería una de las peores maniobras políticas para destruir una figura relevante del Gobierno de Chávez", dijo Ramírez en una entrevista con Reuters.
Además sostuvo que no ha sido contactado por fiscales de Venezuela o Estados Unidos que investigan casos de corrupción relacionados con PDVSA y sus subsidiarias, algunos de los cuales ocurrieron cuando él estaba al mando de la estatal.
"No estoy vinculado a ningún hecho de corrupción, me he cuidado mucho de seguir los mecanismos de control y el rendimiento de cuentas", aseguró.
Ramírez destacó que si los investigadores apuntan a él o a sus familiares más cercanos, está dispuesto a dar pelea.
"Ese escenario sería insólito. Quien pretenda atacar a mi familia, me va a encontrar de frente. Pero confío en las instituciones", sostuvo.
Diego Salazar, un familiar de Ramírez, fue detenido la semana pasada acusado de corrupción y lavado de dinero.
El exfuncionario dijo que las acusaciones de corrupción no deberían ser tomadas a la ligera porque dañan la reputación de PDVSA y su capacidad para recuperarse de una profunda caída de la producción. El bombeo de crudo de Venezuela se desplomó este año a su menor nivel en casi tres décadas.
"Me preocupa que se enfoquen en hacer ver que la corrupción es sólo un problema de PDVSA (...) Es muy difícil señalar responsables a quemarropa (...), sería un error usar esta lucha contra la corrupción –un problema que nos ha afectado como sociedad- y concentrarla sólo en PDVSA de manera ligera con fines políticos", explicó.
(Información de la agencia Reuters)