El encarcelamiento en Cuba afecta profundamente a las familias, que enfrentan dificultades adicionales además de la separación física, analizó en un comentario enviado a Martí Noticias, el preso político Fernando Michael Bárzaga Mompié.
“Es desesperante para mí el no poder hacer mucho ante la necesidad y la miseria”, dijo en referencia a su falta de ingresos.
“Familias que han estado sufriendo desde el primer día este daño irreversible, como es el caso de mis seis hijos, más aún los tres más pequeños, a quienes les fue arrancado su padre y sustento vilmente, quedando solo con una madre desvinculada y totalmente desesperada”, señaló.
Los familiares de reclusos, especialmente los de presos políticos, sufren, además de maltrato y humillaciones por parte de las autoridades, graves problemas económicos.
La combinación de bajos salarios y escasez de recursos ha generado precariedad laboral en Cuba, donde a los trabajadores se les dificulta cubrir sus necesidades básicas y acceder a una calidad de vida digna; pero peor es la situación de las personas que tienen a un familiar encarcelado.
“Estos cuatro años ha sido gracias a mi mamá, que, con un mísero salario de 1.600 pesos al mes, suficiente apenas para comprar un litro de aceite y un kilogramo de arroz que es lo que recibe del gobierno cubano, después de 40 años de trabajo. Mi hermana devenga un salario de 3.000 pesos al mes para ella y sus tres hijos”, indicó el prisionero político.
Bárzaga Mompié fue sentenciado a cinco años de privación de libertad por los delitos de desacato y atentado, luego de que se lanzara a las calles el 11 de julio de 2021 en Manzanillo, para pedir libertad y mejores condiciones de vida.
Recluido en la Prisión Las Mangas de la provincia Granma, asegura apenado, que al dolor de estar tras las rejas se une el sufrimiento por ver los esfuerzos de sus familiares por mantener el sustento y a la vez suministrarle a él alimentos y productos de higiene, cada vez más caros.
“Cargado de agradecimiento a todos los defensores de la libertad, la justicia, los derechos del hombre, personas que mantienen viva la esperanza y el saber de que no estamos solos en nuestra injusta encarcelación y todas las represalias del régimen cubano en contra de nosotros, los presos políticos y nuestra familia”, enfatizó el manifestante del 11J.
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