Familiares del líder opositor cubano y preso político José Daniel Ferrer García ha enfrentado durante tres años constantes obstáculos para poder verlo en la prisión de máxima severidad de Mar Verde, en Santiago de Cuba, lo que ha dejado secuelas en cada uno de ellos.
La doctora Nelva Ismaray Ortega Tamayo, esposa del activista, dijo en un audio enviado a Martí Noticias que en especial su hijo menor, Daniel José, de apenas 5 años, se ha visto afectado emocionalmente por la separación de su padre, y por las violentas circunstancias que ha presenciado.
Desde marzo de 2023, las autoridades penitenciarias han negado a Ferrer la comunicación directa con su familia, limitando las visitas a un número extremadamente reducido, bajo estrictas medidas de control.
Sobre el impacto de esta situación en su hijo, Ortega Tamayo explicó que “no sólo ha repercutido en la escuela, al estar triste y desconcentrado luego de las negativas (que le impiden ver a su padre) en cada visita, a pesar de que es muy inteligente, pero también ha repercutido en su salud”.
La última vez que Daniel José pudo ver a su padre fue en junio de 2023. En diciembre de 2022, el niño presenció como el jefe de la prisión, el teniente coronel Vladimir Pineda Guerra, golpeaba violentamente a su padre, dijo Ortega Tamayo. Este episodio traumático ha dejado un impacto emocional en el niño, quien a menudo se ilusiona con la posibilidad de ver a su padre, solo para ser decepcionado, una y otra vez, por las negativas de las autoridades penitenciarias.
Recientemente, el escritor cubano Ángel Santiesteban compartió en redes sociales su visita a la familia de Ferrer en Santiago de Cuba, relatando cómo Daniel José, a pesar de su corta edad, ha sido testigo de los abusos y la violencia cometida contra su padre. Santiesteban destacó cómo la represión no solo afecta a los disidentes políticos, sino también a sus seres queridos, especialmente a los hijos, quienes deben aprender a resistir desde muy jóvenes.
José Daniel Ferrer fue detenido el 11 de julio de 2021, durante las históricas protestas masivas en Cuba, donde miles de ciudadanos exigían libertad y el fin del régimen totalitario encabezado Miguel Díaz-Canel. Desde su arresto, Ferrer ha sido recluido en condiciones inhumanas, en celdas de castigo, aislado de la comunidad penal y con acceso extremadamente limitado al exterior, incluso para tomar el sol, según ha denunciado su esposa en reiteradas ocasiones.
“Es víctima de maltratos físicos y psicológicos, difamación por parte de los medios oficialistas y sin acceso a una alimentación adecuada o atención médica. Su único acompañamiento son los mosquitos y otros vectores”, dijo Ortega Tamayo, subrayando la grave violación de los derechos fundamentales del líder opositor.
Las Reglas Mandela, establecidas por las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos, prohíben la privación del contacto familiar como medida disciplinaria. Sin embargo, Ferrer ha sido sometido a restricciones extremas que violan estas normativas internacionales. Desde que fue detenido, solo ha tenido derecho a 11 visitas familiares y 9 conyugales, todas bajo control férreo.
El pasado 4 de octubre, nuevamente se le negó la visita familiar a Ferrer, acentuado la preocupación de sus seres queridos sobre su estado físico y psicológico.
Ortega Tamayo ha pedido solidaridad internacional para salvar la vida de su esposo y la de otros presos políticos en Cuba, quienes continúan sufriendo las duras represalias del régimen.
“Seguiremos exigiendo fe de vida, contacto directo con él, y la restitución de sus derechos humanos y carcelarios. Libertad para José Daniel Ferrer y para todos los presos políticos”, concluyó.
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