Más de 1,500 cubanos continúan varados en Tapachula, en el estado mexicano de Chiapas, a la espera de un oficio de salida, documento requerido por las autoridades que permite transitar por 20 días a través del territorio azteca para llegar a la frontera con EEUU.
A Tapachula, uno de los municipios más peligrosos de Chiapas, llegaron tras cruzar el Suchiate, río que marca la frontera occidental entre México y Guatemala.
Pero en Tapachula se ha formado un cuello de botella luego de que el viernes pasado un grupo de migrantes, en su mayoría cubanos, ingresaron intempestivamente en las oficinas del Instituto Nacional de Inmigración, en Tapachula. Según trascendió, un funcionario resultó lesionado.
Yonismiller Del Río llegó a esa localidad hace más de tres semanas. Ha hecho la travesía irregular desde Suramérica.
“No todos los cubanos participamos en ese acto desordenado. Ahora pagamos justos por pecadores, “dijo el joven oriundo de Ciego de Ávila y activista de los derechos humanos.
Por otro lado, unos 400 cubanos llevan cuatro días apostados frente a la sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde entregaron una carta pidiendo protección ante los rumores y temores de que las autoridades procedan a deportarlos.
“Somos migrantes pacíficos, estamos expuestos a los peligros de la ciudad, hay mucha inseguridad en las noches,” explicó a Radio Televisión Martí uno de los migrantes que pidió no se divulgara su nombre.
Entre los plantados hay una veintena de menores y algunas embarazadas.
María de Jesús Peters, corresponsal del periódico El Universal, indicó que hay malestar entre los lugareños que dicen estar hartos de los migrantes.
“Alquilan casas en las inmediaciones de las oficinas de inmigración, en el centro de la ciudad. No sólo cubanos, también extracontinentales y centroamericanos y ya hay cierto rechazo hacia ellos,” dijo la periodista.
Para aliviar la situación, 72 cubanos fueron trasladados hacia las oficinas de Acayuca, en HiIdalgo, unos 35 kilómetros de Tapachula, pero otros aparentemente no corrieron igual suerte.
“Por lo menos 20 se ha dicho fueron deportados, aquellos que las autoridades identificaron como los implicados en el ingreso violento a la sede de inmigración,” informó María de Jesús.
En un aviso colgado en la puerta de las oficinas de Inmigración se puede leer: "Derivado de los hechos ocurridos el pasado viernes, donde se vieron afectadas estas instalaciones, así como su personal, y ante la falta de condiciones que garanticen la seguridad del inmueble y de los usuarios, se determina la suspensión temporal de las operaciones en esta oficina hasta nuevo aviso.”
La información agrega que en “ciudad Hidalgo solo se atenderán las peticiones de visa por razones humanitarias”, no el oficio de salida o salvoconducto, que es lo que necesitan los cubanos.
El tiempo pasa. La mayoría hace más de un mes que inició el camino y se agotan los recursos.
“Esto está feo y los temores crecen por segundos, es el fantasma de la deportación que acecha”, dijo Amaury, que salió de Trinidad y Tobago con su esposa. “No veo la luz al final del túnel”.
Muchos de los cubanos tienen esperanza de que los trámites migratorios se reanuden en los próximos días, pero no en las oficinas que cerraron el viernes.
La Estación Siglo 21, un centro de detención para extranjeros sin papeles que hoy está abarrotada de extraterritoriales, podría ser la sede escogida. Sin embargo, los cubanos no confían en la iniciativa, porque históricamente ha sido en esa instalación donde se procesan las deportaciones.