Tom Haeck, funcionario del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, visitó este miércoles al científico cubano Ariel Ruiz Urquiola, quien está en huelga de hambre y sed desde hace tres días frente a la sede de esta entidad en Ginebra, Suiza.
El representante de la Oficina de la Alta Comisionada Michelle Bachelet escuchó las demandas del cubano, que busca con esta acción "exigirles a ellos la posibilidad de expresar cómo la dictadura cubana y su desgobierno han violado los derechos y las libertades de mi hermana como paciente oncológica y de mi persona, como un ciudadano cubano que ha sido inoculado con el VIH", según dijo en entrevista este martes con Radio Televisión Martí.
Haeck, quien anteriormente atendía el tema de los derechos humanos en México, se mostró interesado en el caso del biólogo expulsado de la Universidad de La Habana en 2008, y le pidió toda la documentación sobre la denuncia que el cubano quiere interponer en la ONU, aseguró a Radio Martí, la activista Yaima Marín Díaz, quien presenció el encuentro con el funcionario.
Marín Díaz dijo que una hora después de la reunión, ella y el funcionario mantuvieron otro contacto, donde se le hizo entrega de documentación adicional sobre el caso de Ruiz Urquiola, condenado en mayo de 2018 a un año de prisión por el delito de “desacato”, después que usara la expresión “guardia rural” para referirse a guardias forestales que entraron a inspeccionar su finca.
En noviembre de 2019 Urquiola acusó por primera vez públicamente al gobierno cubano de haberle inoculado el VIH mientras estuvo en la sala de reclusos del Hospital Abel Santamaría, en Pinar del Río.
"Esto es muy esperanzador, porque nos están escuchando", señaló Marín quien se mantiene junto al científico.
En un mensaje enviado este miércoles al opositor José Daniel Ferrer, Urquiola se mostró firme y reafirmó su postura de mantenerse en huelga. A su juicio no queda otro camino que "Libertad y Libertad".
Otro pedido a Bachelet
Este mes, cerca de 600 activistas de la oposición política, sindicalistas, intelectuales, artistas, periodistas, todos independientes del gobierno cubano, apelaron directamente a Bachelet, en una carta abierta.
Bajo el título: “Naciones Unidas para los derechos, no para los autócratas”, la carta pidió a la Oficina de la Alta Comisionada que reclame públicamente del gobierno cubano el respeto íntegro al orden constitucional vigente, la ratificación de los pactos internacionales de derechos humanos, y que reconozcan a las organizaciones de la sociedad civil cubana dedicadas a temas de derechos humanos o constitucionales.
La misiva indica que en Cuba impera un Estado social fallido que ha desatado "una guerra civil legal contra la sociedad, imponiendo decretos que limitan la libre creación artística y de bienes y servicios desde la sociedad civil, que atacan las libertades de expresión, de reunión, de asociación y de manifestación, y que sancionan el ejercicio de ciertos derechos civiles y políticos reconocidos en la Constitución".
En la carta, se le recuerda a Bachelet, que hace un año centenares de miembros de la sociedad civil cubana le pidieron que visitara Cuba, al igual que lo hizo en Venezuela, pero la Alta Comisionada, en todo el tiempo transcurrido, no se ha pronunciado aún sobre esta demanda.
(Con reporte de Tomás Cardoso para Radio Martí)
