Brasil inició su campeonato de fútbol en tiempos de coronavirus, pero en medio de críticas y protestas.
El Botafogo regresó este domingo a la cancha tras 105 días de inactividad para un partido por el Campeonato Carioca. Ganó por goleada pero también se quejó.
Los jugadores del Botafogo, con el ídolo japonés Honda como capitán, dejaron claro que no apoyan la retomada del fútbol mientras Brasil tiene cada vez mas casos de COVID 19.
Con un uniforme totalmente negro en señal de luto, el Botafogo homenajeó a los médicos y enfermeros que ponen en riesgo sus vidas para atender a los pacientes.
Pero el conjunto de Río de Janeiro también aprovechó el uniforme para unirse a las protestas mundiales contra el racismo con otro mensaje estampado: "Vidas negras importan".
Y su protesta no paró en eso. A sólo un minuto de iniciado el partido, todos los jugadores del Botafogo se arrodillaron en la cancha para imitar un gesto que se ha convertido en símbolo de las protestas mundiales antirracistas contra la muerte de George Floyd en Mineápolis.