A pesar de que entre fines de 2017 y durante 2018 ocurrieron en Cuba acontecimientos sociopolíticos relevantes, el Estado cubano comete “violaciones masivas, graves y sistemáticas de los derechos humanos”, dice el informe anual que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentará el martes 18 de junio en Miami.
Un día antes, el lunes 17, hará también en Miami la presentación de su informe anual 2018 sobre Nicaragua, donde la CIDH, después de un monitoreo permanente, identifica y ha documentado “cuatro etapas o fases de represión estatal bajo distintas modalidades e intensidades” desde que se iniciaron las protestas populares el 18 de abril de 2018.
En el caso cubano, la Comisión habla de “restricciones arbitrarias al derecho de reunión, la presencia de un único partido, la prohibición de asociarse con fines políticos, y la negativa a incorporar [al proyecto de reforma constitucional] propuestas provenientes de grupos disidentes al gobierno”.
Manifestando su disposición a colaborar con el gobierno cubano, la CIDH informa que el 18 de enero pasado envió a La Habana una copia del borrador preliminar de su informe con la esperanza de recibir sus observaciones, pero nunca llegaron, y el informe fue aprobado el 14 de marzo.
El informe sobre Nicaragua ofrece un saldo de la represión que la CIDH fue contabilizando gracias a la ayuda de la sociedad civil nicaragüense: “Al 15 de febrero de 2019, la represión a las protestas iniciadas el 18 de abril resultó en la muerte de 325 personas, de las cuales 21 serían policías y 24 niñas, niños y adolescentes; más de 2,000 heridas; 777 personas detenidas y enjuiciadas; el despido de 300 profesionales de la salud, y la expulsión de, al menos, 144 estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN)”.