Legisladores estadounidenses de origen cubano elogiaron al ex presidente George Herbert Walker Bush pocas horas después de su fallecimiento y destacaron su legado cívico y político.
El senador demócrata por New Jersey, Bob Menéndez, dijo que Bush no fue solamente un presidente, sino un estadista que lideró al mundo con pasión hacia la democracia.
"También fue un padre maravilloso y un gran hombre de familia. Oramos por su familia", dijo Menéndez en su cuenta de Twitter.
El senador republicano por la Florida, Marco Rubio, calificó a Bush como "un gran patriota y un hombre sabio y generoso".
Destacó sus servicios como uno de los dos pilotos más jóvenes de las fuerzas navales de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, legislador, embajador ante la ONU, presidente del Comité Nacional Republicano, diplomático en China, director de la CIA, vicepresidente y presidente de la nación.
"Fue un héroe del servicio público", dijo Rubio.
El senador también recordó en su cuenta de Twitter la nota que Bush dejó a su sucesor Bill Clinton, cuando abandonó la Casa Blanca en enero de 1993. Es un texto escrito a mano, que alienta al nuevo presidente.
"Hoy en día, la jactancia y los insultos son considerados como un liderazgo fuerte, mientras que la humildad y la dignidad se ven como debilidad. El fallecimiento de nuestro 41 º Presidente nos recuerda cómo es el verdadero liderazgo", dijo Rubio.
El senador republicano por Texas, Ted Cruz, dijo que Bush fue un héroe y un hombre exitoso en muchos rubros. Elogió su liderazgo como un presidente de Estados Unidos que aportó al fin a la Guerra Fría tras el derrumbre del Muro de Berlín y que logró la victoria en la Guerra del Golfo.
La congresista Ileana Ros-Lehtinen dijo que Bush fue una inspiración como "presidente, padre, esposo, amigo y héroe de Estados Unidos". "Fue un líder que tuvo compasión y determinación", dijo la legisladora.
El representante demócrata por New Jersey, Albio Sires, dijo que Bush "fue un verdadero patriota que trabajó seriamente para el pueblo estadounidense".
"Independientemente de la política, será recordado como un modelo para el liderazgo, la compasión y el servicio público. Mientras el país llora su muerte, su legado perdurará por siempre".
Mario Díaz-Balart, representante republicano por la Florida, elogió igualmente a Bush por su servicio público y recordó su liderazgo durante el colapso del comunismo en la Unión Soviética y Europa del Este.
La política de Bush padre hacia Cuba
Bush, quien asumió la presidencia el 20 de enero de 1989, mantuvo desde un principio una política de respaldo a la oposición democrática en Cuba y reforzó las sanciones al régimen comunista.
Apenas un mes después de asumir su mandato, el 27 de febrero, la Administración Bush dio su apoyo al informe presentado ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra por la delegación especial de ese organismo que visitó Cuba.
La misión de la ONU, presidida por el diplomático senegalés Alioune Sene, había viajado a Cuba en septiembre de 1988 como resultado de un eficaz trabajo diplomático de la administración Reagan en el seno del organismo mundial.
La misión recibió 1.618 quejas, 86 de las cuales fueron presentadas en audiencias a puerta cerrada; las restantes fueron recibidas por escrito. En ellas fueron planteados "problemas, dificultades, sufrimentos y violaciones de los derechos humanos", según afirmó el presidente de la delegación de las Naciones Unidas.
A mediados de 1989, los servicios estadounidenses de inteligencia investigaban los vínculos de altos oficiales cubanos con las operaciones de narcotráfico.
En La Habana, Fidel Castro detuvo y fusiló al general de las Fuerzas Armadas Arnaldo Ochoa, al coronel del Ministerio del Interior, Antonio de la Guardia y otros dos altos oficiales bajo los cargos de narcotráfico, alegando que el alto mando cubano desconocía sus actividades.
El llamado Caso Ochoa conmocionó a todo el aparato militar cubano, en especial a sus órganos de inteligencia y creó un antes y un después.
Durante el juicio, el presidente Bush comentó en París al periodista y corresponsal de la Casa Blanca, Tomás Regalado (actual director de Radio y Televisión Martí), que no creía en las declaraciones del régimen cubano.
Continuando con su política en favor del respeto a los derechos humanos en Cuba, la Administración Bush logró en marzo de 1992 que por primera vez la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra aprobara una resolución de condenara a Cuba y designara un relator especial para elaborar un informe sobre el caso cubano.
En ese contexto, Bush pidió ejercer más presión sobre el régimen cubano y en 1990 aprobó la creación de TV Martí.
El 23 de octubre de 1992, en plena campaña electoral para su segundo mandato presidencial, Bush promulgó la llamada Ley Torricelli, un proyecto presentado en el primer período de sesiones del 102 Congreso de los Estados Unidos por los demócratas Robert Torricelli y Bob Graham.
La Ley, que reforzaba la sanciones económicas al régimen cubano, fue firmada por Bush ante decenas de exiliados cubanos en el Hotel Omni de Miami.