Una madre cubana identificada como Yaima Godoy Ruano, residente de la calle San Pedro #625 entre Hospital y Barcelona, en Santa Clara, Villa Clara, y quien afirma que no tiene "problemas ideológicos" acusa al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) de negligencia, porque el descuido de una de sus entrenadoras provocó que muriera ahogado su hijo de 6 años.
"Llamaron que no sabían de él y se lo entregaron a su papá, muerto, porque las descaradas esas estudian el cuerpo humano y desde que lo sacaron de la piscina sabían que estaba muerto. Muertecito me lo entregaron", dijo Yaima, quien lamentó que la entrenadora (no mencionó su nombre) "ahorita está en la calle" porque fue presentrada en el juicio como "una madre intachable, una trabajadora internacionalista".
Y es que un juez la encontró culpable de "homicidio por imprudencia" y la sentenció a 5 años de cárcel, una decisión que ella rechaza porque cree que es muy poco tiempo de castigo por lo ocurrido a su hijo.
La madre viajó a La Habana para presentar su caso. "Fui al Consejo de Estado, al Tribunal Supremo, a Fiscalía y esta es la altura que nadie me da una respuesta".
Afirmó que al Gobierno no le importa que haya muerto un niño, porque lo que a ellos les preocupa es "la carne de caballo, la vaca que maten, que es de ellos, que si a un campesino se la roban tiene que pagarle 500 pesos a ellos; la leche en polvo que se lleven, lo que tenga que ver con su problema, no la vida de un inocente de 6 años".
"El INDER no sirve. Ese director de la piscina lo botaron; fue lo único que hicieron (…) Ahí más nadie fue a cumplir, ella nada más", señaló Yaima tras indicar que el caso requiere otro tipo de medida para evitar que mueran ahogados más niños.
También denunció que la piscina tenía gusanos. "Estaba negra, sin cloro, porque el cloro lo venden (de contrabando), los filtros rotos" y las autoridades del INDER no permiten que los padres entren en la instalación para que no vean las condiciones en que se encuentra el local deportivo en Santa Clara.
"No dejan entrar (a) los papás. ¿Por qué no podían entrar los papás? Pa' no ver el matadero que había ahí. Un matadero donde me lo entregaron muerto. Y lo que me duele es que (el niño) no estaba jugando en las esquinas, no me lo mató un carro, yo no estaba tomando, lo dejé en una institución de este país, que dicen que es el mejor. Lo único que te puedo decir es que no hay ley (…) es una m...a".
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