Llegaron en la madrugada y sitiaron el lugar. Más de un centenar de efectivos policiales y fuerzas del gobierno en Santiago de Cuba derribaron al filo del amanecer de este viernes 5 de enero el lugar de oración y la casa de vivienda de la iglesia Emmanuel, que lidera el pastor Alaín Toledano.
Las dos construcciones estaban ubicadas en el barrio La Vaquería, del reparto Micro-3. La esposa del religioso, Marilín Alayo Correa, relató a Martí Noticias lo ocurrido.
“Se metió la policía, los 'boinirrojos', boinas negras, con perros, armas de madera y plástico (bastones). Estuvimos haciendo frente, nos tomaron los brazos y los pusieron atrás. A mí me encerraron en un carro jaula”, señaló la señora Alayo.
La esposa de Toledano dijo que cuando los feligreses se enteraron de lo que estaba ocurriendo vinieron desde varias partes de la ciudad para acompañarlos y protestar contra lo que consideraron un abuso. Pero todos fueron sometidos por la fuerza.
Al final de la noche contabilizaron unos 200 arrestos. A los detenidos los distribuyeron por distintas unidades policiales, como Micro-9, La Cuarta, Versalles y Mar Verde.
“Las celadoras, que parece que las sacaron de alguna unidad en Santiago de Cuba, empezaron a repartirse a las mujeres y les cayeron a golpes, a galletas, a piñazos. Es que empezaron a demandar por qué estaban haciendo eso y empezaron a meter golpes a los feligreses”, relata la mujer.
Marilín Alayo Correa señaló además que tuvo que dejar a sus tres hijas, dos de ellas de 11 y 12 años de edad respectivamente, con una ‘hermana’ de la iglesia. “Ellas empezaron a gritar, ya saben lo que nos ha ocurrido, que es la segunda vez. Sicológicamente estas niñas están mal”.
La destrucción de la casa empezó por la cocina y la parte que sirve de almacén, afirmó Alayo. Relató que arrancaron las ventanas y con un buldócer derribaron las paredes y el techo. Finalmente echaron al piso el lugar que servía para el culto y se llevaron los escombros en camiones de carga.
Entre los bienes decomisados la señora Alayo Correa asegura que se encuentran “las sillas, los bancos, instrumentos musicales, el piano, más de mil bloques de cemento que habíamos comprado para la construcción, con documentos legales”, dijo y agregó que las pocas pertenencias se las han puesto en un apartamento en un 5to piso, en un lugar ubicado en el otro extremo de la ciudad, conocido como Micro-9.
Un vecino del pastor Toledano, Jorge Chance Betancourt, afirmó que su casa se mantuvo rodeada por patrullas policiales hasta pasadas las 8:00 pm. Y corroboró lo sucedido: “Le quitaron las persianas y las puertas, y le pasaron el tractor con el techo puesto y todo, derribándolo completo. No hay palabras para describir lo que hicieron esos criminales”.
Chance Betancourt, activista de la Alianza Democrática Oriental, detalló como ha quedado el vecindario. “Esa es una cosa nunca vista, la gente están aterrorizadas, yo nunca lo había visto. Si ellos cogieron el poder para hacer eso, pueden hacer cualquier cosa, pueden coger las armas y matar también”, finalizó.
Tal como había dicho uno de los testigos el viernes, al frente del operativo estuvo Roberto Noa, funcionario del Partido Comunista de Cuba en la provincia que se encarga de la oficina de Asuntos religiosos.
Martí Noticias intentó obtener una reacción del comité provincial, pero ningún dirigente estaba disponible.