Durante el recién concluido mes de mayo, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional pudo verificar que ocurrieron en la isla por lo menos 373 detenciones arbitrarias por motivaciones políticas, cifra inferior a la registrada durante el anterior mes de abril.
En mayo también “registramos 14 casos de agresiones físicas y 23 acciones de hostigamiento contra pacíficos disidentes, todas ellas ejecutadas por la policía política secreta o agentes parapoliciales”.
Hay que decir que en este acápite ha habido un aumento neto en comparación con el precedente mes de abril.
“El régimen totalitario de Cuba sabe muy bien, por propia experiencia y por otras de triste recordación, como fue el caso del nazi-fascismo europeo, que las agresiones físicas contra pacíficos disidentestiene un efecto intimidatorio y disuasivo casi paralizante, tanto en el caso de las víctimas directas como en los círculos de la sociedad a que pertenecen: a nadie le gusta ser golpeado por turbas represivas en medio del más absoluto desamparo. Lo mismo puede decirse de los actos de hostigamiento, que consisten básicamente en amenazas de encarcelamiento o acciones represivas contra familiares inmediatos”, apunta la Comisión que dirige el disidente Elizardo Sánchez Santacruz.
A lo largo del mes de mayo la represión continuó manifestándose, al igual que en el último año, de manera marcadamente selectiva contra las agrupaciones contestatarias que más preocupan al régimen, como es el caso de las Damas de Blanco, la Unión Patriótica de Cuba, el Frente de Acción Cívica, Somos Más, Convivencia y otras, según la Comisión.
La comisión asegura estar preocupada por Daniel Llorente Miranda, el cubano que manifestó pacíficamente en la Plaza de la Revolución el 1 de mayo, que permanece detenido desde entonces, y sobre todo por “por el internamiento de Llorente Miranda en una sala del manicomio de La Habana que está directamente controlada por la policía política secreta y tenemos razones para creer que está expuesto a formas de abuso psiquiátrico desde su ingreso allí el 27 de mayo”.
Por otra parte, el organismo de derechos humanos denuncia queel estudiante universitario Félix Yuniel Llerena López fue expulsado en mayo de la Universidad de Ciencias Pedagógicas de La Habana, por pertenecer a una entidad de la sociedad civil de orientación religiosa bautista, el Instituto Patmos. El control que ejerce la ubícua policía política secreta sobre profesores y alumnos de las universidades cubanas es cada día más estricto y ha dado lugar a numerosas expulsiones arbitrarias políticamente motivadas.