“Se debe entrar a la transmisión en vivo y reaccionar a la publicación como me enfurece”, y se debe también “publicar en las cuentas personales e institucionales contenidos emocionales sobre el orgullo de ser cubano”.
Por increíble que parezca, esas son instrucciones aparentemente distribuidas a las “ciberclarias” --como llaman en Cuba a los secuaces que el gobierno usa en las redes sociales— para sabotear la entrevista que el youtuber Alexander Otaola le haría la tarde del jueves al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
“El 7 de mayo a las 5:30 pm en la página de Facebook se realizará una transmisión en vivo, conducida por Ota Ola [sic], con invitados como Almagro, la Loba Feroz y un administrador de la USAID, para tratar temas sobre el bloqueo económico y la cooperación médica cubana”, dice el encabezamiento de la carta.
Cuando dice “Loba Feroz”, el documento se refiere a la excongresista cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen. El programa anunciaba también como invitado al director de la Agencia de Estados Unidos Para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), John Barsa.
“La orientación para responder a este acto anticubano es la siguiente”, decía el texto antes de pasar a los detalles del enfurecimiento espontáneo y las desbordadas expresiones de cubanía en “contenidos emocionales”. El objetivo de reaccionar con “me enfurece” era “utilizar el algoritmo de Facebook para disminuir el alcance de la publicación”.
“Cuba y Covid-19. Apoyamos al pueblo, no a la dictadura” fue el nombre con el que se promocionaron el programa de Otaola y las entrevistas.
“En la medida de lo posible, denunciar la publicación en Facebook por ser contenido ofensivo” y “Compartir artículo publicado en Cuba Sí denunciando el show anticubano de Ota Ola” eran otros dos puntos de las instrucciones.
Opositores pacíficos, activistas de derechos humanos y periodistas independientes han denunciado dentro de Cuba la estrategia usada por el gobierno para inundar Facebook, Twitter y publicaciones digitales con comentarios y a menudo insultos de todo tipo contra quienes denuncian los desmanes del régimen, o simplemente contra quienes comparten opiniones que no son favorables a sus políticas.
Al menos dos personas consultadas por el diario digital hecho en Cuba 14ymedio confirmaron la autenticidad de las instrucciones.
“Nos enviaron ese documento por un chat interno de WhatsApp que tenemos los colaboradores”, reveló una doctora cubana que ejerce en Zulia, Venezuela, y prefirió conservar el anonimato. “No es la primera vez que nos piden ese tipo de acciones. Hay algunos hashtags que debemos usar siempre y en determinadas fechas nos piden también que subamos fotos de héroes y mártires”, le dijo a 14ymedio.
Lo hizo también otro médico, este enviado a un país del sur de África para combatir el COVID-19, y según el cual los jefes de misión revisarían los perfiles personales de todos ellos verificando el cumplimiento de la tarea, igual que cuando los movilizan.
“Es como las marchas a las que nos obligan a ir pasando asistencia, pero en digital”, le dijo el doctor a 14ymedio.