Autos rusos Lada ruedan por las carreteras deterioradas de Cuba, una de las señales más visibles del patrocinio de la extinta Unión Soviética a la isla caribeña.
Pero el próximo mes, más de 300 nuevos Ladas comenzarán a circular por las calles de La Habana, la primera entrega en más de una década. Avtovaz, el mayor fabricante de autos de Rusia, espera aumentar las exportaciones gracias al financiamiento del banco de desarrollo estatal ruso VEB.
Apoyadas con fondos de bancos estatales, Avtovaz y otras empresas rusas están incrementando sus ventas a la isla caribeña como parte de un acercamiento más amplio de Moscú para renovar los lazos comerciales, militares y políticos, justo cuando Estados Unidos revierte su distensión bajo el gobierno de Donald Trump.
Las exportaciones rusas a Cuba crecieron un 81 por ciento a 225 millones de dólares entre enero y septiembre de este año, según datos oficiales rusos. Las cifras representan sólo una cuarta parte de las exportaciones de China, el principal socio comercial de Cuba, pero están creciendo rápidamente.
La petrolera estatal rusa Rosneft reanudó en mayo los envíos de combustible a Cuba, en la primera gran entrega de crudo ruso a la isla en este siglo. El sábado, el gobernante Raúl Castro se reunió con el jefe de la compañía rusa en La Habana, en la más reciente señal de que ambos países están preparando un importante acuerdo de energía.
Los dos países habían discutido antes mayores entregas de petróleo ruso a la isla y también sobre los campos de crudo en la costa de Cuba.
Eso sería de gran ayuda para Cuba en medio de una caída de los envíos de combustible de su aliado socialista, Venezuela, que está inmerso en una grave crisis económica.
La empresa rusa Sinara entregó el mes pasado a Cuba la primera partida de las 75 locomotoras contratadas en 2016 por un valor de 190 millones de dólares. KAMAZ, el mayor fabricante de camiones de Rusia, intensificó también las exportaciones a Cuba.
Otras negociaciones para líneas ferroviarias e infraestructuras están en marcha.
"Ahora, a este periodo lo podemos llamar de renacimiento", dijo en una entrevista Aleksandr Bogatyr, representante comercial de Rusia en La Habana, quien pronosticó que el comercio bilateral podría crecer a entre 350 millones y 400 millones de dólares este año desde 248 millones de dólares en 2016.
La ofensiva comercial de Rusia en Cuba ocurre cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha frenado los esfuerzos de su predecesor, el demócrata Barack Obama, para normalizar las relaciones con la isla.
En junio, Trump ordenó nuevamente restringir los viajes y el comercio con la isla, lo que decepcionó a empresas estadounidenses que tenían esperanzas de poder avanzar en el comercio bilateral.
Moscú está aprovechando la retirada como un medio para contrarrestar la influencia de Estados Unidos.
"Rusia lo ve como un momento para promover su propia relación con Cuba", dijo Jason Marczak, director de Adrienne Arsht Latin America Center.
"Cuanto más aumente la presencia rusa en Cuba más se reforzarán las actitudes antiestadounidenses, y eventualmente evitará que las empresas de Estados Unidos hagan más negocios con Cuba", dijo.
El dinero habla
Durante la Guerra Fría, Moscú apoyó al gobierno revolucionario de Fidel Castro. Le proporcionó miles de millones de dólares en cereales baratos, maquinaria y otros bienes. Los subsidios desaparecieron con el colapso de la Unión Soviética en 1991 y el comercio se hundió.
Bajo el presidente ruso, Vladimir Putin, que anhela que su país vuelva a ser una superpotencia, Moscú está buscando revivir sus relaciones con América Latina, particularmente con países recelosos de la influencia de Estados Unidos.
El momento clave para el comercio con Cuba fue cuando Rusia perdonó el 90 por ciento de la deuda de la era soviética de 35.000 millones de dólares en 2014 y comenzó a proporcionar financiamiento para la exportación de las empresas rusas a la isla.
La ayuda ha beneficiado a Cuba, donde Raúl Castro debe jubilarse el próximo año, marcando la salida de una generación que encabezó la Revolución cubana de 1959.
Moscú puede estar a medio mundo de distancia de Cuba, pero sus lazos históricos con la mayor isla del Caribe han dejado huellas en todas partes.
Parte de una generación de cubanos aprendió el ruso y estudió en la Unión Soviética. En la feria comercial de La Habana, los cubanos cantaron espontáneamente el himno de Rusia en el pabellón de Moscú.
Los autos Moskvich y Lada, las motos Ural y los camiones Kamaz circulan por las calles cubanas. La mayoría de los equipos agrícolas que se emplean llegaron de la Unión Soviética.
Este legado ha mantenido un sostenido intercambio con Cuba.
"Vendemos piezas de repuesto para el transporte terrestre, algunas de aviones, en la agricultura y la construcción", dijo Igor Leonov, quien estableció la empresa de importación rusa CesCo Ltd en Cuba hace casi tres décadas.
El embargo comercial de Estados Unidos a Cuba ha obligado a la isla a permanecer fiel a los fabricantes rusos.
La isla mejoró su flota aérea de la era soviética en la década del 2000 con la llegada de aviones Tupolev, Antonov e Ilyushin.
Nadezhda Lesova, ejecutiva del Centro de Exportación de Rusia en Moscú, dijo que su grupo consideraba a Cuba como una "región estratégica". La ejecutiva explicó que brindaba apoyo a las exportaciones a Cuba con seguros, préstamos y subsidios porun valor de alrededor de 430 millones de euros (508.60 millonesde dólares).
Tren de alta velocidad
Algunos proyectos entre Cuba y Rusia aún se están discutiendo.
El monopolio estatal Russian Railways (RZD) está negociando la modernización de más de 1.000 kilómetros de vías férreas y tiene un proyecto para instalar una línea de alta velocidad entre La Habana y el balneario de Varadero, el que sería el mayor plan de infraestructura de Cuba en décadas.
"Se espera que el negocio tenga un valor de 1.900 millones de euros (2.260 millones de dólares) y se firmará antes de finde año", dijo a Reuters Oleg Nikolaev, vicepresidente ejecutivo de RZD Internacional.
En octubre, Rosneft dijo que estaba buscando modernizar la refinería de petróleo de Cuba en la provincia de Cienfuegos, en el centro-sur del país.
No obstante, las previsiones optimistas pueden ser exageradas. Venezuela y China han anunciado también inversiones en Cuba que no han tenido éxito debido a las dificultades para hacer negocios en la isla.
Algunas compañías rusas están ya inquietas por la crisis de liquidez de Cuba. Ces Co. Ltd, el importador de piezas, dijo que el país estaba atrasado con pagos de hasta 9 millones de dólares.
Y no está claro cuánto tiempo Rusia continuará financiando las exportaciones con su propia economía en dificultades por los bajos precios del petróleo y las sanciones de países occidentales.
Las restricciones económicas de Rusia son una de las razones por las que los analistas sostienen que es poco probable que Moscú reabra la base militar que tuvo en el siglo pasado en Cuba. Lourdes, que cerró en 2001, se empleaba para la vigilancia electrónica de Estados Unidos.
Expertos militares de Estados Unidos están preocupados de que Rusia pueda aprovechar una mayor influencia económica en Cuba para intensificar sus actividades militares y de espionaje.
Un total de 16 oficiales militares retirados de alto rango escribieron una carta abierta al gobierno de Trump en abril, pidiéndole que continúe la apertura de Obama hacia Cuba por razones de seguridad nacional.
"Si Rusia está dispuesta a compensar el suministro de petróleo de Venezuela, quizás, Cuba no tenga otra alternativa que permitirle restablecer otras operaciones", dijo a Reuters el general David L. McGinnis, uno de los militares que firmó la carta.
Paul Hare, un exembajador británico en Cuba, considera que el interés de Rusia en la isla es geoestratégico.
"Es difícil ver un interés comercial, ya que Cuba no puede pagar", dijo Hare, quien imparte clases en la escuela Pardee de Estudios Globales de la Universidad de Boston.
"Los rusos harán todo para apuntalar a Cuba a fin de ser una molestia para Estados Unidos", señaló.
(Reuters)