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Murió José Triana, el último clásico de los dramaturgos cubanos


José "Pepe" Triana, dramaturgo cubano fallecido a los 81 años de edad en París, el domingo 4 de marzo de 2018, lee poesía en Miami.(Foto Archivo, Cortesía J. Gálvez)
José "Pepe" Triana, dramaturgo cubano fallecido a los 81 años de edad en París, el domingo 4 de marzo de 2018, lee poesía en Miami.(Foto Archivo, Cortesía J. Gálvez)

José "Pepe" Triana (Hatuey, Camagüey, 1931-París 2018), fue autor de la conocida obra teatral "La Noche de los Asesinos" (Premio Casa de las Américas, 1965), se exilió en Francia en 1980.

“Sin patria, pero sin amo”, así murió treinta y ocho años después de salir de Cuba el dramaturgo y poeta José “Pepe” Triana la noche de este domingo, según informó a Martí Noticias su amigo el novelista William Navarrete. Tenía 87 años.

Triana (Hatuey, Cuba 1931), a quien se consideraba un clásico vivo de la dramaturgia cubana, arrastró desde finales los años 60 del siglo XX, lo que persigue a los creadores que han llegado al pináculo de su carrera. “La noche de los asesinos”, obra teatral ganadora del premio Casa de las Américas, 1965 lo siguió marcando como el mayor logro a superar.

José "Pepe" Triana.
José "Pepe" Triana.

“La noche…”, una obra en dos actos que cuenta la historia de los tres hermanos -Cuca, Beba y Lalo- repasa los recuerdos de infancia de una familia que se ha fracturado entre la educación férrea y conservadora y los nuevos giros que ha dado la sociedad cubana. Triana se adelanta en lo que vendrá para la familia, sacando a flote las heridas que cada uno va tirando de la trama.

Aunque nació en Camagüey, sus padres se mudaron a la oriental ciudad de Bayamo, desde allí José Triana se fue a estudiar Filosofía y Letras para graduarse en la Universidad de Oriente.

Como un peregrino e intranquilo ser humano que ha salido de sus propias obras, Pepe se embarca en un viaje hacia Miami y Nueva York para quedarse a residir en Madrid en 1955, ciudad en la que se lanza de lleno como colaborador de los directores Aitor de Goiricelaya y José Moraleda, y actúa en obras de estos dramaturgos. Allí escribe la pieza El Mayor General hablará de Teogonía y el poemario De la madera del sueño.

Una utopía que termina en escape definitivo

Al triunfar la idea de proyecto social de Fidel Castro en 1959 Triana regresa y entiende que ha comenzado un proceso donde las contradicciones entre “vencidos” y “vencedores” –esas categorías que tanto gustan a las mayorías que aplauden-, y se pone a crear obras tan polémicas como Medea en el espejo, El Parque de la Fraternidad, La casa ardiendo, La muerte del Ñeque y la galardonada La noche de los asesinos.

La etapa de desencanto de Triana con la política cultural de la revolución cubana está sazonada por eventos como la Declaración de principios del primer Seminario Nacional de Teatro, las premiaciones de las obras "Fuera del juego", de Heberto padilla" y “Los Siete contra Tebas”, ambas laureadas en el concurso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) de 1968, y en la que Triana fue jurado de ésta última.

A finales de ese inquietamente creativo 1968, el director cubano Rubén Vigón lleva a escena El Mayor General hablará de Teogonía, pero la obra muere después de la primera puesta y es suspendida definitivamente por las autoridades cubanas.

Nadie mejor que el crítico y estudioso de la escena en Cuba, Rine Leal, para diseccionar la estética de Triana desde su joya insigne, “La Noche…”:

“La pieza es la tragedia de la purificación, realizada a modo de exorcismo mental y regida por la sangre. Es teatro llevado a sus últimas consecuencias, a una depuración total de elementos, donde solo tres actores incorporan varios personajes, y el escenario único se transforma, por medio del simple juego teatral, en varios lugares de acción. Es una de las obras más complejas y profundas que ha dado nuestra escena, un alarido de liberación y al mismo tiempo una lección de universalización de temas y tratamiento. La noche de los asesinos es cubana sin referencias directas, y sus elementos dramáticos están tratados con tanta imaginación, brillantez y poder teatral, que es probablemente la obra más universal que hayamos producido en 400 años de teatro”.

El exilio como explosión creativa

Es difícil separar a los sucesos del Mariel en 1980 –la huida de la isla de más de 125 mil cubanos inconformes- de cualquier aspecto de la realidad en el país.

Triana se fue a París ese año de 1980 con su esposa Chantal Dumaine, y de ahí en adelante sus obras gozarán de una riada de puestas, publicaciones y la atención de instituciones académicas.

La emisora France Culture, en 1984, realiza una lectura dramatizada de Paroles communes (Palabras comunes, traducción francesa de Carlos Semprún), con la actriz Judith Magre. Al año siguiente, José Triana dirige una lectura pública de Revolico en el Campo de Marte en el Festival de Teatro de Sitges (Barcelona). En 1986, la Royal Shakespeare Company estrena Worlds Apart (Palabras comunes, traducción de Kate Littlewood, adaptación de Peter Whelan, dirección de Nick Hamm) en el teatro de Stratford-upon-Avon.

El novelista William Navarrete (izq.) junto al dramaturgo José Triana.
El novelista William Navarrete (izq.) junto al dramaturgo José Triana.

Su obra poética busca los caminos que no ha encontrado en su expresión dramatúrgica. Pepe se embarcó en la lírica con los poemarios Aproximaciones (Málaga, Plaza de la Marina, 1989) y Cuaderno de familia (Málaga, Dador, 1991.

En Cuba, después de la mítica puesta de “La noche…” en 1966 con Teatro Estudio y Vicente Revuelta al frente, tuvieron que pasar 21 años para que el insistente Julio César Ramírez y su Teatro D’Dos llevaran la historia de Cuca, Beba y Lalo.

Aun así Triana siempre tiraba anclas hacia Cuba. En una entrevista concedida al diario El Nuevo Herald, aseveró que consideraba un “privilegio que sea montado por los belgas, checos, húngaros, españoles, mexicanos, argentinos, aquí en Miami o en Nueva York, pero el centro mío está en Cuba”.

Reacciones a la muerte del dramaturgo

Desde París, el novelista cubano William Navarrete informó a Martí Noticias de la fatídica noticia. El escritor señaló que había recibido la confirmación de la propia esposa de Triana.

Navarrete escibió inmediatamente en su cuenta de Facebook: “Acaba de fallecer en París hace apenas una hora el escritor cubano José Triana. Gran amigo y vecino que extrañaré mucho. Tenía 87 años. Mis condolencias para su esposa Chantal Dumaine y sus hermanas Gladys y Lyda. "Pepe", como todos le llamábamos, era el último gran dramaturgo cubano de su generación”.

En Miami, el poeta y promotor cultural Joaquín Gálvez lamentó la pérdida para la cultura cubana. Gálvez, quien por varios años animó la tertulia La Otra Esquina de las Palabras, en Café Demetrio, de Coral Gables; recibió allí al dramaturgo cubano y escribió al respecto:

“Siempre recordaré aquella memorable presentación de su libro “Poesía completa” en La Otra Esquina de las Palabras, el 16 de enero de 2012, junto a su amiga la poeta Magali Alabau, donde hizo gala de su ser espontáneo con la alegría y profundidad que lo caracterizaban”, indicó Joaquín.

De izq. a der., Joaquín Gálvez, José Triana, Magali Alabau y José Prats Sariol, en Miami, 2012.
De izq. a der., Joaquín Gálvez, José Triana, Magali Alabau y José Prats Sariol, en Miami, 2012.

También el periodista Wilfredo Cancio Isla, hoy Director de Noticias de Radio Martí, reseñó el acontecimiento bajo el título “Falleció José Triana, el mítico autor de La Noche de los Asesinos”.

“Imágenes escritas en el viento que aún sobreviven en una memoria teatral en fuga. El mito que prevalece: una puesta en escena que movilizó al público habanero y a miles de asistentes al Festival Internacional de Teatro de 1966 y se llevó el Premio Gallo de Oro. Dos elencos para no olvidar: los experimentados Vicente Revuelta, Miriam Acevedo y Ada Nocceti, y los entonces jóvenes Adolfo Llauradó, Ingrid González y Flora Lauten”, refirió Cancio.

A José Triana le sobreviven sus hermanas Gladys, pintora residente en Nueva York, y Lyda Triana, en Madrid.

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