La Organización de Estados Americanos (OEA) acordó este miércoles la convocatoria a una reunión de Cancilleres del Continente para analizar la crisis en Venezuela.
El Consejo Permanente de la OEA aprobó la convocatoria del Mecanismo de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, por 19 votos a favor, 10 en contra, cuatro abstenciones y una ausencia. Se necesitaban 18 votos para alcanzar la mayoría de los 35 países miembros necesaria para aprobar la convocatoria.
Una cumbre de cancilleres podría, con la aprobación de 24 países, suspender Venezuela de la OEA.
La sesión extraordinaria del Consejo Permanente, la quinta sobre Venezuela en un mes, fue pedida por un grupo de 17 países "considerando la creciente preocupación" continental sobre ese país, donde las protestas contra el presidente Nicolás Maduro dejan ya una treintena de muertos.
La petición fue presentada por Argentina, Barbados, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Honduras, Jamaica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, que le atribuyen "carácter urgente y de interés común" a la situación en Venezuela.
El representante de Venezuela, rechazó la reunión reiterando lo expresado más temprano por la Cancillería de ese país.
"Venezuela no atenderá ninguna iniciativa en el marco de la OEA, que ha demostrado amplia y públicamente su tenor intervencionista en los asuntos internos de nuestro país", indicó un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores.
En una transmisión desde el palacio presidencial, la canciller venezolana Delcy Rodríguez dijo que Caracas presentará la carta de denuncia de la OEA a partir del jueves e iniciará un proceso que tardará 24 meses para salir de la organización.
Al rechazar la decisión de Consejo Permanente, Rodríguez afirmó que lo que se pretender es “intervenir” y “tutelar” a Venezuela y sostuvo que el gobierno del presidente Nicolás Maduro no aceptará esas acciones.
Asimismo, la canciller indicó que a partir de ahora Venezuela no participará en ninguna actividad de la organización en la se pretenda posicionar el “intervencionismo” y el “injerencismo” de las naciones que, sostuvo, buscan “perturbar la estabilidad y la paz” de su país.
Rodríguez, había advertido la víspera que el presidente Nicolás Maduro ordenó "iniciar el procedimiento de retiro" del país de la OEA "de realizarse alguna reunión de cancilleres (..) que no cuente con el aval y el consentimiento del gobierno de Venezuela".
Las declaraciones de Rodríguez fueron condenadas por líderes opositores como el excandidato presidencial Henrique Capriles.
"El proceso tardaría dos años para hacerse efectivo. No vamos a permitir que nos aíslen del mundo. Todas las decisiones que toma el gobierno, en detrimento de los venezolanos, nos dan más razones para seguir luchando", dijo Capriles.
El gobierno venezolano reiteró sus críticas al secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien tilda a Maduro como "dictador".
"La OEA está descalificada para atender asuntos relacionados con Venezuela porque ha sido instrumentalizada para despropósitos, arbitrarios, parcializados, desproporcionados, dolosos y desviados" de Almagro, "que contravienen gravemente las normas rectoras", agregó la Cancillería.
El acuerdo de la OEA aumenta la presión internacional sobre el gobierno venezolano, que se intensificó luego de que a finales de marzo el máximo tribunal se atribuyera temporalmente funciones del Parlamento, el único poder en manos de la oposición.
Almagro, acusa al gobierno venezolano de tener "las manos manchadas con la sangre de su propio pueblo", defiende un llamado a elecciones generales como única salida a la crisis.
El embajador de Venezuela trató de que se suspendiera la reunión alegando que su país ya había pedido una reunión extraordinario de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, (Celac) señalada para el 2 de mayo, un marco que el gobierno venezolano país considera más adecuado que la OEA.
A diferencia de la OEA, la Celac, una iniciativa del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, padre político de Maduro, excluye a Canadá y Estados Unidos pero incorpora a Cuba.
La canciller argentina Susana Malcorra defendió a la OEA como el lugar idóneo. “¿Por qué algo de suma gravedad en el CELAC no lo sería en la OEA”, se preguntó. “Esto no es intromisión en asuntos internos. Es nuestra responsabilidad colectiva”.
Para calmar las aguas, Maduro dice querer elecciones, pero se refiere a comicios regionales, que en 2016 fueron postergadas y aún no tienen fecha, descartando un adelanto, como piden sus adversarios, de las presidenciales previstas para diciembre de 2018.
"Queremos votos en elecciones libres y democráticas", dijo el líder opositor Henrique Capriles, afectado por los gases lanzados por la policía durante las protestas escenificadas hoy en Caracas.
"Las elecciones regionales son impostergables, pero eso no basta para aliviar la tensión. Se debe recomponer el tejido constitucional para solventar esta crisis", dijo a la AFP el exrector del poder electoral Vicente Díaz.
Maduro, cuyo mandato concluye en enero de 2019, asegura que sus adversarios hacen "terrorismo" y tienen un plan apoyado por Estados Unidos para derrocarlo y propiciar una intervención extranjera.
La oposición lo llama "dictador" y estima que la salida del poder de Maduro es la única solución a la profunda crisis política y económica del país petrolero.
Más de un 70% de venezolanos, según encuestas privadas, reprueba la gestión de Maduro, cansados de la escasez de alimentos y medicinas, y una inflación que según el FMI llegará al 720,5% este año, la más alta del mundo.
(Con información de OEA, AFP y AP)