Cubanos encuestados por el Instituto Político para la Libertad de Perú coincidieron en que el proyecto de la nueva Constitución aprobado por la Asamblea Nacional, no deja espacio a la oposición en la vida política del país y sólo se ajusta a las necesidades del gobernante Partido Comunista de Cuba.
El proyecto de la nueva Carta Magna, aprobado el 22 de julio por la Asamblea Nacional, y llevado a consulta popular entre el 13 de agosto y el 15 de noviembre, será sometido a un referéndum para su ratificación de la ciudadanía.
Dagoberto Valdés Hernández, director del Centro de Estudios Convivencia (CEC), señaló que la reforma constitucional conserva el carácter irrevocable del socialismo marxista leninista de Cuba y que ningún derecho puede ser ejercido contra el carácter socialista del Estado y la sociedad.
Valdés afirma que con el nuevo proyecto el Estado buscar legitimar los cambios económicos que necesita urgentemente para atraer la inversión extranjera. No obstante, opina que este no traerá los cambios que el pueblo espera y desea.
El activista, que desde hace 25 años ha trabajado en la formación cívica de ciudadanos, primero desde el Centro Cívico y Vitral (1993 – 2008) y ahora desde el Centro de Estudios Convivencia y su revista (2008 – 2018), llama la atención sobre la poca instrucción en educación ética y cívica que tienen los cubanos después de 60 años de totalitarismo.
Por último, concluye, que todas las organizaciones, partidos y asociaciones de la sociedad civil deberían enfocarse en esa tarea.
Carlos Amel Oliva Torres, líder del frente juvenil de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), dijo que con la muerte de Fidel Castro, el régimen sintió la necesidad de renovarse para tratar de mantener cierta aceptación popular.
"No debe confundirse renovación con cambio", alertó.
El joven opositor sostuvo que el Partido Comunista de Cuba (PCC) impuso su hegemonía al redactar una nueva constitución a su medida y a espaldas del pueblo.
Por su parte, Pedro Acosta Peña, ejecutivo nacional de Observadores de Derechos Electorales (ODE), afirmó que mucho se ha hablado de la eliminación de la palabra “comunismo”.
Sin embargo, el Gobierno aclaró que mantendrá el artículo 5 de la Constitución de 1976, que declara al Partido Comunista Cubano (PCC) como “la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado”.
Acosta concluyó que la reforma no traerá cambios sustanciales para el país, todo serán solamente formalidades. Además, opinó que el cubano hace tiempo que no espera del partido ningún beneficio o cambio, que no sea para peor.
Una posición similar tuvo Iván Torres Reyes, miembro de la plataforma Juventud Activa Cuba Unida (Jacu) quien alerta que para nada debe esperarse el fin del socialismo ya que con la nueva constitución se mantendrá la esencia de la misma ideología.
Torres sostuvo que solo resta esperar los debates de la ciudadanía para ver qué sucede, aunque asegura que prevalecerá la opinión de la clase dominante en el poder. Ello, evidenciará la ausencia de una visión democrática y la imposibilidad de aceptar a la oposición cada vez más creciente.
Kirenia Flores García, miembro de Jacu, añadió que la sociedad civil espera que se tenga en cuenta sus intereses cuando se recoja las opiniones de la ciudadanía.
Por último, según Ernesto Oliva Torres, activista de la Unpacu, el referéndum solo será una obra de teatro para dar una imagen democrática, pero lo cierto es que estos cambios fueron decididos por la fuerza dirigente, y que no contó con ningún representante de la sociedad civil.
[Tomado de Instituto Político para la Libertad (IPL Perú)]