Al terminar mayo había en Cuba al menos 1.046 prisioneros políticos cumpliendo condenas judiciales y otras limitaciones de libertad, según la organización Prisoners Defenders (PD).
En la lista aparecen 32 niños y 5 niñas, para un total de 37 menores de edad. Veintitrés de ellos han sido ya sentenciados, a una pena media de seis años y cinco meses de privación de libertad. Además, hay 134 mujeres.
“Cuba ha logrado un nuevo récord macabro al tener a 1.046 prisioneros políticos y otros 11.000, condenados sin delito a través de la llamada ‘peligrosidad predelictiva’. Hemos revisado jurídicamente cientos de casos, uno por uno, y hemos constatado cómo se violan los principios del derecho y el debido proceso”, denunció Javier Larrondo, presidente de Prisoners Defenders.
Según la organización, los presos cubanos han sufrido “detenciones superiores a 24 horas”, “prisión provisional sin supervisión judicial” y “defensa a cargo de abogados dependientes del Gobierno”.
Además, denuncia los “juicios a puerta cerrada”, la “vigilancia asfixiante”, la “represión en torno a las vistas” y la admisión de “testigos solo de la policía o de las organizaciones del Partido Comunista”.
Al apelar a la comunidad internacional, PD denuncia que “los Estados democráticos no pueden permitirse normalizar la prisión emocional, mental y física de todo un pueblo”.