Como un enorme desafío califican padres cubanos la llegada de las vacaciones escolares en la isla.
Pocas y costosas opciones recreativas, los apagones y la crisis alimentaria convierten los meses de julio y agosto en un dolor de cabeza, según dijo a Radio Martí desde la provincia Holguín, Roberto Miguel Santana, quien tiene una hija de nueve años.
“Es un estrés constante, no hay confituras, no hay refrescos, no hay galleticas, no hay un parque de diversiones porque no pueden funcionar si no hay corriente… es decir, los niños están prácticamente no de vacaciones, sino en la casa, sin moverse a ningún lado”, lamentó el padre holguinero.
En la ciudad de Pinar del Río se habilitó una piscina este verano, pero la alegría duró poco porque, al presentar problemas con el agua, fue cerrada de inmediato, afirma el opositor José Rolando Casares, quien tiene dos niños en edad escolar.
“La escuela Pedro Téllez tiene una piscina, pero la llenaron y ya hubo problemas con el agua; no iban a utilizar el agua, el poco que estaba entrando, para la piscina y está vacía, así es que tampoco los muchachos pueden ir ni a la piscina a recrearse”.
Con los cortes del servicio eléctrico se ve afectada la programación infantil de la televisión, también un parque recreativo que funciona en la ciudad, comenta Casares.
“La programación infantil no se puede ver porque, ¿con qué electricidad?, entonces, están en la casa, constantemente ¡imagínate tú!, frustrados los niños. Está también el parque de diversión, el parque Paquito González, que es un parque infantil. Fui a llevar a los niños y la mayoría de las cosas que están funcionando son las que tienen contrato con particulares; los ‘castillos hinchables’ para saltar, carros eléctricos pero, con el problema de la electricidad, también se ha visto tronchado y la parte de la gastronomía, en desuso, como se dice”, ironizó Casares.
En La Habana se vive similar situación. Un solo cine en manos de particulares al que no todos pueden acceder por el alto costo de sus entradas, afirma Maribel, una madre que reside en Centro Habana.
“Se llama El Cinecito, que está ubicado en San Rafael y Consulado y es particular, vale 35 pesos la tanda, es de animados nada más y es desde la una de la tarde hasta las seis y media. Cuando tú entras, te ponen unos espejuelitos para que tú la veas en 3-D, ¡está carísimo! Solamente el salario básico de una persona se te va en alimento...recreación no les puedo dar ninguna, porque todos los lugares están carísimos”, concluyó la mujer.
(Con reportaje de Ivette Pacheco para Radio Martí)
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