Las autoridades panameñas anunciaron a los migrantes cubanos retenidos en el campamento de Chiriquí que disponen de 15 días para regresar voluntariamente a Cuba y a cambio, les entregarán una visa de entrada múltiple y ayuda económica para emprender un negocio en su país de origen.
El viceministro panameño de Seguridad, Jonathan del Rosario, visitó este viernes a los 126 cubanos recluidos allí para informarles la decisión definitiva adoptada por el gobierno.
“Es absurdo lo que nos están planteando. La gente aquí anda como locos, desesperados, no hallan qué hacer. Voy a tratar de seguir para adelante, para lo que sea”, dijo a Martí Noticias uno de los migrantes varados en el campamento, Roberto Noa Justi.
Los cubanos deberán acceder al retorno voluntario a la isla, para que una vez en el aeropuerto, los funcionarios del gobierno panameño le entreguen a cada uno $1.650 dólares, con el fin de ofrecerles un impulso económico que les permita abrir sus negocios privados.
El funcionario enfatizó que solo disponen de dos semanas para regresar a la isla, a partir de este viernes 7 de julio, y que deberán costear sus propios pasajes.
Una vez en Cuba, la embajada de Panamá en La Habana les otorgará una visa de entradas múltiples a Panamá. No obstante, aquellos ciudadanos con antecedentes penales o con problemas pendientes con la justicia en Cuba, no recibirán este tipo de visado.
Viceministro panameño: No hay otras opciones
En su exposición ante los migrantes, el Viceministro de Seguridad dijo que las opciones que se habían considerado originalmente no fructificaron.
“Después de analizar el caso con nuestros abogados, lamentablemente al ser su ingreso al país de manera irregular, lamentablemente no hace viable la residencia legal en el país”, puntualizó.
El funcionario explicó además, que tampoco lograron que terceros países les acogieran como refugiados.
“Hicimos solicitudes a través de la Organización Internacional para las Migraciones, gestiones por el canal formal e informal, y los estados han decidido guardar silencio”, explicó el funcionario y mencionó a naciones como Chile, Uruguay y Canadá.
Recordó que incluso había viajado a Canadá con otros propósitos, pero “aproveché para pedir reuniones. La decisión del gobierno canadiense ha sido la de acoger una cuota de refugiados de Siria, o sea que en ese sentido, tampoco hay respuesta”.
No hay sorpresa pero sí profunda desilusión
La medida no sorprende completamente a los migrantes, quienes sabían de esta propuesta del gobierno panameño desde mediados de junio pasado, a través de medios de los medios de prensa nacionales y las redes sociales.
Para Noa Justi, lo más irritante resulta el tiempo perdido a la espera de una solución que realmente les beneficiara y la traición a la confianza que depositaron en el gobierno panameño. El cubano calificó las promesas incumplidas para mantenerlos controlados como “política sucia”.
“Si todos los países por ahí para allá han dado oportunidad, han dado estatus migratorio, han dado posibilidad de cosas… y él no quiere dar nada de eso y dice: ‘El que quiera irse puede irse pero saben que…’ como que si te cogen por ahí, te deportan”, contó el holguinero.
Varios de estos cubanos han comenzado a considerar la fuga de estas instalaciones donde los encerraron, para seguir camino a los países adyacentes.
Desde ese momento, los isleños se mostraron opuestos a este plan, porque además de acabar con sus planes de establecerse fuera de Cuba, los expone a posibles represalias del gobierno castrista.
“Yo, que estoy en contra del gobierno, que halé un año preso por poner un cartel allá donde yo vivo, vivir allá es caer preso”, explicó Noa Justi, quien residía en Mayarí, municipio de Holguín.
Ante la incertidumbre y las reducidas opciones, algunos decidieron escapar del campamento y seguir camino a los países adyacentes; otros, que se negaron a recluirse en Chiriquí, permanecen escondidos en Ciudad Panamá.