Durante el primer trimestre de este año se ha agudizado en Cuba el desabastecimiento de agua potable, dijeron a Radio Martí residentes desde la isla.
La existente sequía que sufre el país ha provocado una disminución de los niveles del preciado líquido almacenado en los embalses, lo que se suma a las averías y pésimas condiciones de las redes hidráulicas por falta de inversión, gestión y mantenimiento.
Recientemente, la República Popular China realizó un donativo de modernos equipos para enfrentar la sequía. Se trata de camiones cisternas, de succión de aguas residuales, y compresor de aire, entre otros.
La donación fue recibida oficialmente en un acto realizado en la capital cubana, presidido por Inés María Chapman, viceprimera ministra, y Ma Hu, embajador de la nación asiática en la isla.
En el casco histórico habanero, la mayoría de los hoteles que se han estado construyendo se autoabastecen de agua por cuenta propia, debido a las ineficiencias del servicio de la empresa estatal Aguas de la Habana, encargada de la gestión de los servicios del suministro de agua potable.
Al respecto, el bicitaxista Antonio Font, quien reside en una barriada en Centro Habana, dijo que la situación del agua allí "es un poco crítica, viene una pipa madre, surten el agua" y las personas se abastecen, porque "por las tuberías aquí no llega".
Otro problema es el precio de ese servicio. "Una pipa de agua hace un tiempo atrás valía 20 dólares, ahora yo no sé cuánto valdrá”, advirtió Font.
En la ciudad de Pinar del Río es precario el abasto de agua y la empresa de comunales no le ofrece respuesta a la población a pesar de las reiteradas quejas.
Desde la cabecera provincial, en el reparto Hermanos Barcón, la residente Yamilka Abascal dijo que los vecinos reúnen entre ellos el dinero para comprar las pipas de agua "por la izquierda", porque pasan hasta 20 días consecutivos sin recibir el vital líquido.
“Por fuera, una pipa está valiendo, de las chiquitas te salen en 1.500 pesos, y de las grandes, que es para llenar todo lo que tú tengas de agua: cisternas, tanques, todo, te sale en 4.000 a 5.000 pesos”, aseguró Abascal.
Desde el inicio de año, la ciudad de Camagüey enfrenta un significativo aumento en el desabastecimiento de agua. Además de la intensa sequía, también hay problemas con los equipos de bombeo. De cuatro que tributan a la planta potabilizadora de la urbe, solo está funcionando uno.
Desde esa provincia del centro de Cuba, Leydis Tabares señaló que los apagones también influyen en el faltante de agua.
“Aquí hay lugares que se han metido hasta 15 días sin que le llegue el agua, y hasta más. El centro de la ciudad es un lugar que no tuvo agua casi un mes, hay que pagar las pipas particulares a mil pesos”, dijo Tabares.
La intensa sequía ha provocado en la provincia de Pinar del Río varios incendios forestales en zonas protegidas, donde hay afectaciones muy serias en la flora y la fauna.
Allí, en el occidente del país, José Rolando Cásares contó que, recientemente, la iglesia católica local repartió envases plásticos para almacenar agua en medio del desabastecimiento. El donativo tuvo que ser gestionado a través de los delegados de circunscripción, lo que trajo algunos problemas.
“Un mes y algo sin agua, supuestamente están diciendo que es problema de rebombeo. Pipas de agua sí hay, pero no son del estado, son particulares pagándole”, aseguró Cásares.
En la comunidad de San Andrés, en Holguín, es total la escasez de agua, y son piperos privados quienes buscan el líquido en carretas tiradas por un tractor para vendérselo a la población, pero la actual crisis con el combustible está limitando su disponibilidad.
“Ya los pozos aquí están secos, prácticamente, en su totalidad, porque no llueve. La presa de San Andrés esta seca”, informó desde ese poblado Dámaso Alberto Fernández.
En el municipio habanero de Diez de Octubre también hay restricciones con el abasto de agua, en medio de denuncias de corrupción de choferes de pipas del estado, señalados por lucrar con el suministro de agua a la población necesitada.
Y en Santo Suárez, donde reside la economista Martha Beatriz Roque Cabello, la situación es igualmente compleja.
“Nosotros teníamos un sistema de agua de un día sí y un día no, por la mañana; de pronto lo han puesto a las cinco de la tarde”, advirtió Roque Cabello.
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