Calificado por Fidel Castro como “una concesión al enemigo”, el sector privado ha ido ganando terreno en la Isla en medio de una profunda crisis económica en el país.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadística, el sector "no estatal" fue responsable del 55 % de las ventas minoristas de bienes y servicios por primera vez en 2024. El año anterior alcanzó el 44%.
“Eso lo que nos está diciendo, desde el punto de vista económico, es que se está desplazando el centro de gravedad del sistema. Es decir, ya el sector jurídicamente privado, ha dejado de ser un elemento complementario al sector estatal, en términos de volumen económico, para ser, prácticamente, el sector líder”, indicó a Martí Noticias el economista cubano Miguel Alejandro Hayes, residente en Miami.
No obstante, aclara Hayes, "desde el punto de vista de la estructura económica, sigue siendo un sector complementario porque está dedicado, prácticamente, a las actividades de comercio, o sea el sector terciario. Además, los volúmenes de producción no alcanzan para satisfacer la demanda”.
Aunque el régimen ha aceptado el papel del sector privado para aplacar la crisis económica, también lo ha sometido a un control y regulación crecientes y le ha impuesto nuevas restricciones, como el aumento de actividades prohibidas, limitando su alcance.
Del mismo modo, el sector no estatal enfrenta desafíos regulatorios, fiscales y bancarios que dificultan su operación en el territorio nacional.
Por primera vez desde la llamada Ofensiva Revolucionaria, iniciada en 1968, que se desarrolló para nacionalizar las pequeñas empresas privadas que quedaban de la confiscación de las grandes y medianas empresas privadas, las propiedades en alquiler y las cuentas bancarias comerciales; el sector privado emerge como abastecedor de las necesidades de la población.
“Desde el punto de vista político, no se puede entender esto como un retroceso del régimen, no representa una debilidad del régimen cubano. Durante mucho tiempo se ha pensado que la fortaleza del sistema está en la capacidad de control basada en la propiedad estatal. Esto lo que está diciendo es que el régimen cubano, puede mantener su capacidad de control social y transformarse desde el punto de vista jurídico, puede coexistir con el sector jurídicamente privado”, agregó Hayes.
El gobernante Miguel Díaz-Canel ha insistido en que las empresas estatales deben ser más eficientes y mantener su dominio en el comercio mayorista.
De acuerdo al especialista, el sector privado puede coexistir en “un espacio autoritario, totalitario, sin libertad de expresión, con muchísimos presos políticos, con un aumento de la represión”.
“El sector privado como total son poderosos, tiene un peso económico significativo, pero desde el punto de vista individual, cualquier PYME puede, simplemente, desaparecer por decisión del Estado, del aparato represivo”, subrayó.
“También hay un control férreo del Estado sobre el comercio exterior. El Estado, le permite al privado que financie las importaciones, pero sigue siendo un monopolio del Estado”, puntualizó Hayes.
A pesar de que la economía cubana ha estado afectada por falta de recursos, frecuentes cortes eléctricos y una inflación incontrolable, persisten miles de tiendas minoristas estatales con una oferta limitada de productos.
En tanto, coexisten mercados semi informales donde se venden artículos que están en déficit en las tiendas estatales a precios muy altos para el cubano común.
El economista Omar Everleny Pérez advirtió, en entrevista con la agencia Reuters, que esos altos precios impulsaron el valor del sector privado y que los datos minoristas no reflejaban el volumen total.
"Los precios suelen estar subsidiados en el sector estatal y son mucho más altos en el privado", afirmó. "Pero el Estado tiene poco dinero para importar bienes... así que la gente tiene que recurrir al sector privado, que es más flexible".
Para Librado Linares, coordinador del opositor Movimiento Cubano Reflexión siempre el afán de maximizar utilidades, se transfiere en mejores ofertas, con más calidad y genera un auge del sector privado frente al declive del estatal.
“Ese es el espíritu emprendedor que está en la esencia misma de la naturaleza humana y que está consagrado como uno de los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que hasta ahora en Cuba se han violado porque estos no son empresas privadas cien por ciento, sino que están sometidas a la tutela del Partido Comunista y se mueven dentro de un marco de planificación central”.
En septiembre de 2024, Díaz-Canel, propuso crear comités de base de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y del Partido Comunista (PCC) en las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipyme) de la isla, reafirmando que la naciente empresa privada se ampliará solo como un “complemento” del sector estatal.
“Pero aun así están brindando una oferta de bienes y de servicios, sobre todo de bienes, que es lo que en alguna medida ayuda a paliar un poco la situación del cubano de a pie, y de toda la sociedad cubana. Entonces hay una demostración de que las fuerzas del mercado, el incentivo privado, el afán de maximizar la utilidad, son muy positivos y marcan la diferencia a la hora de analizar si una sociedad progresa o no progresa y se genera bienestar en la misma”, recalcó el líder opositor.
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