El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) entregó su galardón a la Diplomacia Comprometida con los Derechos Humanos en Cuba al exembajador de Suiza en La Habana, Mauro Reina.
Reina, actualmente en misión diplomática en Dinamarca, se desempeñó como embajador en Cuba entre diciembre de 2019 y julio de 2023.
En su discurso de agradecimiento, en el acto celebrado el martes en la residencia del embajador suizo en España Hanspeter Mock, Reina subrayó que considera el premio como un homenaje a “miles de cubanas y cubanos que durante más de seis décadas han sido testigos de represión" en la isla.
“Este premio no es, por ende, un honor personal, sino un tributo a todos aquellos que arriesgaron o arriesgan todavía su libertad y seguridad por un futuro mejor”.
El premio de CADAL reconoce el apoyo de diplomáticos destacados en la Isla a los activistas cubanos que defienden la instauración de la democracia en su país.
Creado en 2003, el premio ha sido otorgado a representantes de Suecia, Países Bajos, Alemania, República Checa, Polonia, Reino Unido, Estados Unidos y Suiza.
El diplomático resaltó que “el deterioro de la situación de los derechos humanos en la isla no podía dejar de ocupar y preocupar al trabajo de la embajada de Suiza”, en especial después de las protestas del 11 de julio de 2021: “No podíamos ser cómplices del horror”.
En ese sentido, reconoció el trabajo con el consejero diplomático entre 2019 y 2024 Lorenzo Suárez, que, juntos y alineados con la política suiza sobre derechos humanos y promoción de la democracia, desarrollaron acciones, que involucraron a otros países como Canadá, Noruega y el Reino Unido, “para emprender iniciativas conjuntas hacia el gobierno cubano”.
“Lamentablemente, la respuesta de las autoridades ha sido totalmente insatisfactoria. Decidimos intensificar, entonces, el contacto con familiares de presos políticos, activistas, periodistas independientes y defensores de derechos humanos”.
El diplomático dijo que espera que la crisis en Cuba se detenga antes de que las consecuencias sean irreparables.
“Mi esperanza es que la caída hacia el abismo de la situación social, política y económica actual en Cuba, con su cohorte de dramas personales y familiares cada día más dolorosos, pueda parar antes que sea demasiado tarde", señaló.
Reina opinó que, sobran cubanas y cubanos que "quieren de verdad a su país", dentro y fuera de la isla, y que están "listos para recoger los pedazos de una revolución fallida" y construir "una nación finalmente libre, independiente y próspera, donde todas y todos puedan vivir una existencia digna".
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