La opinión pública derribó el muro que había levantado el régimen alrededor de la conocida “Playita de 1ra y 70” en La Habana.
La presión popular ha obligado a las autoridades cubanas a solucionar o responder demandas que circulan en las redes sociales. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones se muestran reacios a aceptar el reclamo de la ciudadanía, dijo a Radio Televisión Martí el abogado Hidelbrando Chaviano, quien dirige un centro de análisis de políticas en la capital.
“El gobierno hace oídos sordos a la mayoría de los pedidos de la oposición y no así a algunos como éste de la tapia de la Playita. Quiere mostrar que no cede ante presiones de los llamados por ellos ‘mercenarios’ o ‘agentes del imperialismo”.
“Las demandas que el sistema desoye implican en sí un carácter ideológico. Cuando consideran que no solamente tiene un aspecto social sino que tienen un aspecto ideológico trata de demostrar, muy claramente, que no cede ante los ‘enemigos’, destacó Chaviano.
“Cuando hay un elevado número de comentarios de la gente, los mandos del país tratan de aplacarlos pero que nunca se vea como una debilidad de ellos o que han oído a los opositores. A mi juicio es por eso que algunas veces parece que escuchan y otras veces no”, acotó el abogado.
Desde que se iniciara, a fines de junio, la construcción de la pared perimetral entre la avenida 1ra y la calle 70 de Miramar, en las inmediaciones del Paseo Marítimo, las críticas en Facebook y Twitter no cesaron, cuestionando por qué no se consultó al pueblo para cercar una zona de uso popular desde hace más de cuatro décadas.
Otros se preguntaron “¿Bajo qué preceptos arquitectónicos y medioambientales se hace válido colocar un muro en la playa?” “¿Cuántas casas y escuelas necesitan esos materiales que se derrochan en un muro sin sentido?"
Al respecto, el activista habanero Abdel Legrá aseguró que “en la isla tenemos muy reducida la posibilidad de éxito para hacer reclamos sociales en las calles”.
“El gobierno tiene todos los recursos económicos, tecnológicos y humanos para reprimir, fiscalizar todo intento por esa vía. Tenemos que tener en cuenta que la mayor fuerza de empleo en Cuba son las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y el MININT (Ministerio del Interior) que manejan un presupuesto enorme y desconocido”.
Asimismo apuntó Legrá, “la división política administrativa actual va dirigida, precisamente, a un mayor control social más allá del crecimiento económico”.
“Por esto podemos decir ‘bendito internet’. [Los opositores] estamos haciendo presión por las redes y los ciudadanos, aunque todavía están un poco apáticos por miedo y desconocimiento, están despertando y se están dando cuenta del trabajo que hacemos nosotros en internet”.
“No es el camino más rápido para introducir cambios importantes pero está levantando conciencia en la población”, señaló.
“Claro, la cúpula de poder, por su parte trata de tapar los huecos por los que se le va de las manos la información y para eso tiene sus “ciberclarias o tropas cibernéticas”, el decreto 370, y distintos mecanismos”, resaltó el activista.
El periódico oficial CubaDebate informó este domingo que el Consejo de Defensa Provincial y el Comité Provincial del Partido de La Habana determinaron que todo fue una "mala interpretación de Planificación Física por lo que se decidió derrumbar la valla de concreto”.