El líder de la Unidad Camagüeyana por los Derechos Humanos, Virgilio Mantilla Arango, cumple este lunes 12 días en huelga de hambre y aislado en una celda de castigo, en la prisión Cerámica Roja, en la ciudad de Camagüey.
Mantilla Arango se declaró en huelga de hambre en señal de protesta por la sentencia recibida de tres años y tres meses de privación de libertad, por el supuesto delito de “daños a la propiedad” del que ha sido inculpado tras colocar carteles antigubernamentales en las calles de la ciudad.
Su esposa, Ángela Emilia Nodal Hernández, informó a Radio Martí que acudió el pasado sábado al penal con la intención de ver a su esposo, pero no tuvo éxito.
Al respecto, Nodal Hernández declaró que Mantilla Arango “se mantiene en lo mismo, en la misma condición: no quiere comer, sigue ‘plantado’ porque él no está de acuerdo con los tres años de la sanción”.
El proceso de apelación, de acuerdo con lo dicho por Nodal Hernández, “dura un mes y, fíjese en las condiciones en que está él, que me mandó a decir que no apelara, que no hiciera nada, que él no iba a cumplir ni un año de esa sanción”, expresó la esposa de Virgilio Mantilla.
Nodal Hernández refirió haber sostenido una conversación telefónica con el Coronel Tony Blanca, director de la prisión Cerámica Roja, el cual le informó que Mantilla Arango “se mantiene igual, que estaba débil, pero que se mantenía (en huelga de hambre)”.
La mujer refirió, además, que, al estar aislado y en huelga, Mantilla Arango “no tiene derecho al teléfono, a las visitas, que ahora le toca”, y explicó haberle “pasado los medicamentos, y que él se los estaba tomando”.
El opositor, que sufre de padecimientos crónicos en la columna vertebral, continúa con dolores y molestias por lo cual su esposa manifestó estar “preocupadísima. Yo estoy bien preocupada. Entonces, mañana, voy para allá (a prisión) otra vez, con el papá, porque yo quiero que me lo dejen ver, aunque sea diez minutos”, puntualizó Ángela Nodal.
Virgilio Mantilla Arango, de 51 años de edad, con serios problemas de salud, ha sido condenado en tres ocasiones anteriores por razones políticas, encubiertas con delitos comunes y en turbios procesos judiciales.
(Con reporte de Tomás Cardoso para Radio Martí)