Continúan los abusos y las precarias condiciones que sufren los reos en los penales cubanos, así lo denunciaron en entrevista con Martí Noticias reclusos, sus familiares y activistas de derechos humanos.
En la cárcel de Kilo 8, en la ciudad de Camagüey, llevan tres meses sin suministro de agua, esto entre otras violaciones que ocurren en ese centro penitenciario. Se quemó la turbina que bombeaba el agua y no han encontrado un reemplazo. El preciado líquido lo abastecen actualmente mediante una pipa diaria para una población penal de unos 500 presos, quienes alcanzan un cubo solamente, informó, en comunicación telefónica con el activistas Jiordan Marrero Huerta, el preso político Alieski Calderín Socarrás.
“Tres meses ya llevamos con este problema, una vez al día en una cubeta, y con ese tienes que resolver, ni lavar no puedes hacer nada. Ayer llevaron 37 reclusos para la presentación de mínima y a todos se la negaron, problemas con la comida, problemas con el agua y problemas con los medicamentos y nos siguen dejando aquí en la prisión, terrible”, afirmó el preso político, quien cumple 20 años de condena por el delito de sabotaje.
Mientras que, en la prisión provincial Nieves Morejón, en la ciudad de Sancti Spíritus, el preso común Pedro Mollinedo Gurbi alertó en llamada telefónica con el comunicador independiente Adriano Castañeda sobre un brote infeccioso respiratorio que afecta a varias compañías del penal, donde no hay medicamentos.
“En el destacamento 11 hicieron un pesquisaje y salió positivo. El riego que corremos aquí nosotros es muy grande... Eso es la falta de vitaminas, la escasa alimentación”, concluyó el reo.
Desde el mismo penal espirituano, pero en el destacamento 10, otro preso común, Juan Bautista Zerquera Muñoz, quien actualmente está plantado en reclamo de asistencia médica, expresó al comunicador: “Estoy aquí escupiendo sangre y no le dan solución a lo mío. Estoy cansado ya de quejarme, y con amenazas”, dijo el reo común.
También en la cárcel Kilo 9, en la ciudad de Camagüey, el preso del 11J Lester Ayala Alarcón, que cumple 10 años de cárcel, fue trasladado de destacamento por órdenes de la Seguridad del Estado. El preso político ya había realizado múltiples denuncias telefónicas desde esa cárcel sobre los abusos de la guarnición en contra de los presos comunes, y responsabilizó al Teniente Coronel Eider Sierra Ochoa, jefe de cárceles y prisiones en la provincia, por esta situación, explicó el activista Jiordan Marrero Huerta.
“Ayala Alarcón recientemente fue sacado del destacamento donde se encontraba por varios oficiales del departamento de la Seguridad del Estado, quienes le mostraron varias grabaciones denunciaba sobre la mala alimentación y la falta de una adecuada asistencia médica", detalló.
Según Marrero Huerta, en estos momentos Ayala Alarcón se encuentra reubicado en el destacamento número 25, donde convive con "peligrosos presos comunes”, advirtió el activista.
Y, tras un breve pase, regresó al penal campamento Paraíso, en el poblado de Güines, el preso del 11J Dariel Ruiz García, impedido físico, procesado judicialmente por los delitos de desórdenes públicos y resistencia y sentenciado a dos años y medio de condena tras su participación en las protestas populares en el poblado de Aguacate, en el municipio de Madruga, provincia de Mayabeque.
Ruiz García solo tiene en Cuba a su padre, que sufre de cáncer terminal, y a una prima que intenta llevarle alimentos y medicamentos, a pesar del temor por las presiones de la Seguridad del Estado.
El preso político regresó al campamento, con infección en la pierna izquierda, donde sufrió la amputación, lo que impide el uso de la prótesis, y sin los medicamentos requeridos. Ruiz García también es débil visual, denunció su hermano, Janiel Ruiz García.
“En su día de pase, le dieron la información que le volvían a denegar su libertad condicional. Una persona impedida física... temo por la salud de mi hermano y las condiciones en que está, y puede esta situación agravarse”, aseguró Janiel.
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