Cinco relatores de Naciones Unidas expresaron su “profunda preocupación” por informes sobre las restricciones a las libertades de religión, reunión pacífica, asociación y de expresión en Cuba.
En una carta dirigida al gobierno cubano, describen “el presunto patrón sistemático de hostigamiento, en contra de miembros de grupos religiosos independientes, incluyendo la detención arbitraria y encarcelamiento de líderes y miembros de diversas de estas organizaciones”.
Naciones Unidas se interesa por los arrestos, detención arbitraria y encarcelamiento de religiosos como Loreto Hernández García, Donaida Pérez Paseiro, Mitzael Díaz Paseiro y las hermanas Lisdiany y Lisdany Rodríguez Isaac, todos vinculados a la Asociación Yorubas Libres de Cuba.
También por la Asociación Cubana para la Divulgación del Islam, el Imam Abu Duyanah (Niovel Alexander Tamayo Formén) y al católico Marco Antonio Pérez Cruz.
“Supone un espaldarazo a las denuncias de Prisoners Defenders en el ámbito de la libertad religiosa. También refrenda los mecanismos represivos de informes previos, donde se describía cómo el Estado de Cuba crea falsas organizaciones religiosas para monopolizar el control sobre todas las religiones en la isla”, indicó Javier Larrondo, presidente de la organización denunciante.
El documento afirma que, de ser verificados, los hechos “contravendrían” una decena de artículos sobre la prohibición de torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes, derecho a la libertad y a la seguridad personales, y la prohibición de la detención arbitraria, entre otros.
“Hacemos este llamamiento con el fin de salvaguardar los derechos de las personas antes mencionadas de daños irreparables y sin perjuicio de cualquier eventual determinación jurídica. Es nuestra responsabilidad, de acuerdo con los mandatos que nos han sido otorgados por el Consejo de Derechos Humanos, intentar clarificar las alegaciones llevadas a nuestra atención”, añade.
En este sentido, pide información al régimen cubano sobre los casos denunciados y le insta a adoptar “todas las medidas necesarias para proteger los derechos y las libertades de las personas mencionadas”, así como a “investigar, procesar e imponer las sanciones adecuadas a cualquier persona responsable de las violaciones”.
El texto lo firman los relatores especiales vinculados a la libertad de religión o de creencias, la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación y las cuestiones de las minorías; además del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria.
“Agradecemos y valoramos mucho la cooperación y disposición de los técnicos del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en este esfuerzo por describir la insoportable realidad cotidiana en Cuba”, afirmó Larrondo.
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