Un grupo de académicos e intelectuales reaccionaron indignados ante la declaración emitida este domingo por la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA).
LASA, la asociación profesional más grande del mundo que reúne a individuos e instituciones dedicados al estudio de Latinoamérica, divulgó un comunicado en el que asegura que siente "preocupación" por "el trato que reciben académicos y académicas, intelectuales y artistas en Cuba", pero sin andar con más detalles deplora "la continuación de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Cuba”.
El pronunciamiento de la institución se produce después de la publicación de una carta abierta suscrita por más de 300 académicos exigiéndole una denuncia ante los constantes abusos contra los derechos humanos en Cuba.
“Ese comunicado que sacó LASA es una vergüenza, una falta de respeto a todos los cubanos que formamos parte de esa organización y que hace unas semanas le exigimos, como es nuestro derecho, que se pronunciara sobre la oleada represiva que se está viviendo en nuestro país y de la que son víctimas algunos intelectuales que también son parte de LASA”, manifestó el escritor y periodista José Raúl Gallego desde Ciudad México.
“A mí me parece una respuesta cobarde, una respuesta cómplice, una respuesta abyecta que ni siquiera tuvo el valor de mencionar el problema y que dedicó más espacio a hablar del bloqueo de los Estados Unidos que de la represión que está sufriendo Cuba, como si la represión fuera consecuencia del bloqueo, algo que sabemos que es totalmente falso”, indicó el comunicador.
“Entonces, ante esa respuesta a mí, como académico, creo que la única posición que me queda coherente es retirarme de esa organización, como acabo de informar hace apenas unos instantes”, puntualizó.
El profesor estadounidense Ted Henken dijo en Twitter que la declaración de LASA es débil y ambigua, no habla de la dictadura o de acciones represivas en específico, y dedica la mayor parte de sus palabras a criticar el embargo.
El autor cubano Abel Sierra Madero calificó los comentarios de LASA como una verguenza a la ética académica y científica, y presentó su renuncia.
Otros miembros de LASA han asumido posiciones semejantes, entre ellos la escritora de arte Janet Batet, la profesora universitaria Mabel Cuesta, el ensayista Francisco Morán y Guillermina de Ferrari, profesora de literatura caribeña y artes visuales quien escribió en su perfil de Facebook:
“Es simple. Los derechos humanos se respetan o se violan. No hay grises. Por eso renuncio hoy a la membresía de LASA”.