Iota, que llegó a tener vientos de 260 kilómetros por hora, destrozó techos de viviendas, colapsó el tendido eléctrico e inundó decenas de calles en el Caribe norte de Nicaragua, donde tocó tierra la noche del lunes con categoría 4.
Guillermo González, director del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres de Nicaragua (SINAPRED), dijo en una conferencia de prensa en la mañana del martes que los informes preliminares de daños en la costa, por donde tocó tierra el meteoro, no incluyen hasta ahora muertos ni heridos.
Iota tocó tierra cerca de Haulover, en la costa caribeña de Nicaragua, donde habita una indígena de origen miskito, a unos 15 kilómetros al sur de donde lo hizo el ciclón Eta, también con categoría 4, el pasado 3 de noviembre.
Según González, más de 40.000 personas fueron evacuadas en el área de Bilwi, Puerto Cabezas.
Iota se degradó a tormenta tropical, pero mantiene su amenaza de "inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra potencialmente catastróficos", dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC) en su boletín de la 12:00 PM.
La tormenta tiene ahora vientos máximos sostenidos de 65 millas por hora (105 km/h), y se desplazará este martes hacia el interior a través del norte de Nicaragua y, en la noche, atravesará el sur de Honduras.
Iota podría causar "potenciales catastróficos deslizamientos de lodo" que se en zonas de Centroamérica hasta el jueves próximo, alertó el NHC.
Según el pronóstico, Iota se degradará a depresión tropical esta tarde y se transformará en un remanente de baja presión el miércoles, cerca de El Salvador.
Iota es la trigésima tormenta con nombre en la extraordinaria temporada de huracanes del Atlántico de este año. También es el noveno meteoro que se intensifica rápidamente esta temporada, un fenómeno peligroso que ocurre cada vez con más frecuencia.
El final oficial de la temporada de huracanes es el 30 de noviembre.