La noticia del encarcelamiento de la Dama de Blanco Saylí Navarro y las circunstancias en que fue apresada en el mismo Tribunal Municipal de Jovellanos, en la provincia de Matanzas, "encadenada de pies y manos" y sin derecho a despedirse de sus familiares, ha desatado una fuerte condena contra el régimen cubano.
La opositora acudió al tribunal para la vista oral de apelación y ahí le informaron que aunque la sentencia no se haría firme hasta el 3 de mayo, iría ese mismo día a prisión a cumplir la condena de 8 años de cárcel, por los presuntos delitos de atentado y desorden público, y su padre, el vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba, Félix Navarro, seguiría en la cárcel cumpliendo una sentencia de 9 años.
La activista cubana Rosa María Payá, fue de las primeras en denunciar lo sucedido: "Se llevaron a Saylí Navarro encadenada de pies y manos del tribunal directamente a la prisión. Su madre no pudo despedirse. También se llevaron a Félix (su padre)".
Las Damas de Blanco defendieron la inocencia de la opositora y alertaron que "a su padre Félix Navarro Rodríguez, lo encadenaron hasta la espalda, su madre fue sacada a empujones sin poder despedirse".
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos escribió en Twitter: "Condenamos la sanción de cárcel contra la activista Saylí Navarro. Tanto ella como su padre, Félix Navarro, son cubanos decentes, comprometidos con la defensa de los Derechos Humanos. Lo que está pasando en Cuba merece una respuesta internacional más contundente contra los represores".
La Embajada de Estados Unidos en Cuba denunció las condenas contra la opositora y su padre.
"El gobierno de Cuba debe comenzar a respetar el derecho a la protesta y el derecho a la libre expresión de sus ciudadanos", indicó la sede diplomática.
También la Fundación Víctimas de Comunismo divulgó la noticia en un retuit, acompañado de la que sería su última foto en libertad.
La activista Saily González Velázquez dijo que las altísimas condenas a Saylí y su padre son prueba de cómo el régimen cubano penaliza la solidaridad.
"Los han condenado solo por ir a preocuparse por sus amigos presos del 11J", escribió.